Hay ciertos cambios que pueden destruir nuestras vidas, no es simplemente tomar nuevas costumbres, muchas veces esos pequeños cambios pueden alejarnos mucho de Dios. Cuando estaba en el colegio estudiaba dibujo técnico y aprendiendo a hacer planos entendí el concepto de que si te alejas unos pocos grados de la línea correcta en la proyección hace que te alejes varios metros, puede ser imperceptible pero es fatal.

Del mismo modo el pueblo de Israel convivió con las costumbres de sus vecinos y fueron tras sus dioses; todo comienza con dejar a Dios, perder el hábito de orar y leer su Palabra te lleva a enfriarte, dejas de asistir a una iglesia, compartes más tiempo con las cosas de este mundo y pronto estás inmerso en su costumbres y alejado de Dios. Una brasa se apaga cuando se aleja del fogón. Acércate más a Dios, tómate un café con Él hoy y aviva el fuego en ti.

¿Estás provocando a ira a Dios? ¿Cuál tu lucha con las prácticas del mundo?