Siempre se nos ha dicho que la exhortación es una llamada de atención, de ánimo para que hagamos un cambio y salgamos adelante de una situación difícil o mal hábito.

Pero para que haya una buena exhortación se necesitan varios ingredientes, pues no es simplemente una crítica o un regaño de alguien molesto por nuestras faltas.

La idea está en hacer entender el problema real y la situación caótica en que uno se encuentra y de desde allí proponer acompañar a un cambio, ofreciendo la ayuda y asistencia necesaria.

Hoy escuchamos a muchos regañar pero a pocos hacerse parte del problema y solución, pocos son los que quieren meterse en el fango y ayudarte a salir del pozo donde estás metido.

Nehemías les hace reconocer la situación de la ciudad y les anima a reconstruir lo dañado. Realmente eso es lo que necesitamos hoy en la vida de muchos que están pasando por un mal momento, ya sea por el dolor y consecuencia de sus propios pecados o por abatimientos de la vida.

Todos necesitamos a alguien que quiera ponerse a nuestro lado y acompañe a salir de la ruina en que nos encontramos y nos anime a salir juntos.

Piensa en esto con un café que viene bien.

¿Te exhortan o te regañan?
¿Eres de los que están dispuestos a acompañar a alguien a salir adelante?
Proponte ayudar a alguien este día.