Cuando te pones bajo la inspección del lente de Dios te quedas sin excusas, no puedes decir nada porque Él conoce tus más íntimos pensamientos y sentimientos, nada está oculto a su presencia. Cuando más te acercas a la luz te das cuenta que cuan sucio estás realmente.

Esta práctica es importante y necesaria para nuestra vida, aprender a deshacernos de las excusas y los argumentos. La Biblia dice que debemos llevar cautivo todo pensamiento a los pies de Cristo, así que ese debe ser el filtro de tu pensar y hablar, si está de acuerdo o no con lo que Dios quiere. No te alejes de sus mandamientos, obedécele. Pasa un tiempo a solas con Dios.

¿Tienes excusas?, ¿hay algo que debes dejar?