No desaproveches tu tiempo para servir a los demás. La vida resulta ser tan efímera que se pasa volando y se te va de las manos. La ventaja de que hoy respires es que aun sabes qué puedes hacer ahora. Una vez que llegue tu hora, no podrás hacer nada más. El tiempo de actuar es hoy, no mañana; no puedes controlar tu futuro, no puedes decidir sobre los minutos que vienen, sólo estás sujeto al efecto del tiempo y las oportunidades se te presentan ahora.

El Señor Jesús contó la historia de un hombre rico que murió y pidió a Abraham que le permita ir a sus hermanos y les cuente sobre cómo es la muerte; y obviamente no se pudo. No hay más tiempo que el que te regala el Señor cada día. No seas necio, aprovéchalo, se grato con Dios y dale valor a cada segundo. Cada decisión marcará el rumbo de tu vida; somos el producto de nuestras decisiones. Usa bien tu tiempo, tómate unos minutos para estar ante Dios, tómate un café con Dios.

¿En qué gastas tus horas?, Haz una lista y un horario para ver cómo lo usas.