No entiendo, no me entiendo; no puedo entender cómo somos los hombres, bueno hombres y mujeres. Porque aunque sabemos que todo tiene su tiempo y que Dios lo ha hecho perfecto y bueno para nosotros, siempre terminamos luchando contra Él.

En realidad esto no es una novedad, pues este mismo versículo nos muestra esa verdad. El hombre no puede entender lo que Dios hace o la forma en que hace. Podemos disfrutar de los resultados de su obrar y sorprendernos de sus milagros y gracia; pero nos cuesta entender cómo Dios actúa. Queremos que las cosas sean en nuestro tiempo y de nuestro modo, y nos causa ansiedad tener que esperar y confiar. Aunque pongamos en nuestro corazón el profundo deseo de obedecer y depositamos nuestra fe en Dios, debemos reconocer que siempre nos causa trabajo entender lo que Dios hace. ¿Qué puedes hacer?, comienza con encontrarte día a día con Dios, escúchalo, lee su Palabra, tómate un café con Dios y podrás entenderle.