Yo agregaría al que espera mucho se le pasa el tren. Hay personas que no se arriesgan a tomar decisiones o asumir retos porque supuestamente “esperan la voluntad de Dios”; justifican su falta de valor tras el tibio verso de que están esperando en Dios. Conozco jóvenes que no se animan a afrontar una relación de noviazgo y aun deseando tenerla, pero se quedan impávidos sin hacer nada y después se lamentan y dicen: “Dios no quiso”.

Quizás sea un trabajo, una carrera universitaria, un ministerio o una pareja, cualquiera sea el caso, si te quedas viendo el cielo esperando una señal, se te va a pasar el tren, el bus, se te va a quemar el pan a la puerta del horno, pero no vas a lograr nada. Debes confiar en Dios, dar pasos de fe y entender si es algo que va de acuerdo con lo que Dios pediría de ti, no hay por qué dudar. Pregúntale hoy a Dios mientras te tomas un café con Él.

¿Qué tienes que hacer?, ¿Qué estás esperando?