La falta de experiencia en una persona que asume un puesto de autoridad hace sufrir a muchos. Jefes emocionados por su cargo suelen derrochar los fondos, hacer asociaciones por ganar amistades y hacer nuevos contratos por elevar su apariencia de gran líder y sin sabiduría eso es catastrófico para todos. La falta de experiencia hace que las decisiones se basen en los  sueños y no en la realidad del momento.

El apóstol Pablo habló de que no pongan a un neófito en el liderazgo. La fama y la posición hacen que  muchos pierdan la visión de quienes son o quienes fueron en algún momento de su vida. Algunos exigen respeto y lealtad olvidando que estas dos cosas se obtienen por el impacto que uno tiene en la vida de quienes sirve. Si uno quiere ser grande, debe ser el siervo de todos. No te apresures a tomar una posición de liderazgo sin tener la experiencia necesaria para ser un buen líder, toma la posición de siervo y Dios te recompensará. Conversa con Él hoy con una taza de café.

¿Desperdicias tus recursos?, ¿aspiras el liderazgo?