Su pregunta tiene que ver con la cantidad de supuesta evidencia que, según los que creen en la teoría de la evolución, pertenece a seres humanos en proceso evolutivo. Pero no olvide que la teoría de la evolución no es nada más que eso, una simple teoría inventada por hombres que de ninguna manera puede comprobarse por la abrumadora falta de evidencia concluyente. Muchos han sido engañados al creer que el hombre desciende del mono por medio de la existencia de los eslabones perdidos. Sin embargo, los famosos eslabones perdidos siguen estando perdidos y siempre seguirán perdidos porque simplemente no existen.
Considere lo que se ha publicado en el libro “Respuestas a Cuatro Grandes Preguntas” del Ministerio Respuestas en Génesis, acerca de algunos famosos eslabones perdidos, es decir de fósiles que alguna vez se los consideró como seres pre-humanos o seres medio monos y medio humanos. Primero, el hombre de Neandertal, científicamente conocido como Homo sapiens neandertalensis. La reconstrucción de estos restos fósiles mostró algo parecido a la figura de un hombre-simio medio erecto. Sin embargo, más tarde se encontró que el encorvamiento se debía a la enfermedad de raquitismo. El hombre de Neandertal era totalmente humano, capaz de hablar, crear arte y música y hasta de tener una conciencia religiosa.
Segunto, el Ramapitecus, alguna vez considerado como ancestro de los humanos. Sin embargo, en la actualidad se ha reconocido que en realidad se trata de una especie extinta de orangután, un simio. Tercero, el hombre de Piltdown, conocido científicamente como Eoantropus.
Muchos aceptaron a pie juntillas la teoría de la evolución al considerar estos restos fósiles, pero en realidad no eran otra cosa sino un fraude. Se trataba del trozo de un cráneo humano y la mandíbula de un orangután. Increíblemente, este fraude fue catalogado como eslabón perdido por casi cuarenta años.
Cuarto, el hombre de Nebraska, científicamente conocido como Hesperopitecus. fue reconstruido a partir de un único diente, que más tarde se comprobó que pertenecía a una variedad de cerdo que se encuentra actualmente sólo en Paraguay.
Quinto, el australopitecus africanus, que en determinado momento se lo consideró como un notable eslabón perdido. En realidad se trata de un verdadero simio y aún los evolucionistas ya no lo catalogan como una especie transicional. Como estos hay muchos otros casos más.
En esencia, entonces, en los restos fósiles que se conoce, no existe clara evidencia para apoyar que el hombre desciende del mono. La extensa cadena de eslabones perdidos continúa perdida porque simplemente no existe. En contraposición, la palabra de Dios afirma lo que tenemos en Génesis 2:7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Dios creó al hombre a su imagen y semejanza y después creó a la mujer. De esta pareja desciende toda la raza humana. Jamás existieron seres humanos antes de la creación de Adán y Eva. Adán y Eva fueron creados con una apariencia de edad y su contextura física era sin defecto alguno.
La entrada de pecado en el mundo atentó contra lo que Dios creó y los fósiles que aparecen dispersos en todo el mundo o son de simios o son de hombres. Las deformidades en algunos de los fósiles que se han encontrado se deben a una degeneración mas no a una evolución.