Las siete iglesias de los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis eran iglesias locales reales en el tiempo del apóstol Juan. Pero representan también tipos de iglesias locales de todas las generaciones. Esta idea tiene su confirmación en el hecho que sólo siete fueron seleccionadas de entre las muchas que existían y florecían en el tiempo de Juan, y en la afirmación al final de cada mensaje de que el Espíritu está hablando a las iglesias, en forma plural. Esmirna era una ciudad portuaria, a unos 56 kilómetros al norte de Efeso. Se dice que era un centro del culto al imperio romano. Esmirna significa mirra o amargura. En este pasaje bíblico, el Señor Jesucristo se presenta a sí mismo como el primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió. Esta descripción debe haber significado un consuelo especial a aquellos que estaban enfrentando a diario el peligro de muerte por la causa de Cristo. Con una ternura especial el Señor dice a sus sufrientes santos que Él está al tanto de su obra y su tribulación. Aparentemente ellos habían sido castigados por la pobreza, pero desde un punto de vista espiritual, ellos eran ricos. Los santos de la iglesia en Esmirna estaban siendo objeto del ataque sin misericordia de los judíos. Según los historiadores los judíos miraron con mucho agrado el martirio de Policarpo, obispo de Esmirna, quien fue quemado vivo en la hoguera cuando tenía 86 años, por rehusarse a rendir adoración al César romano.
Por ser judíos, ellos se creían el pueblo escogido de Dios, pero por su conducta blasfema, demostraban que en realidad eran una sinagoga de Satanás. Los creyentes no deben tener temor de ninguna de las cosas que van a tener que padecer. Algunos de ellos serán tomados prisioneros para que sean probados y sufran aflicción por diez días. Estos diez días, podría entenderse en su sentido literal, es decir diez días de 24 horas de una persecución sin precedentes. Pero también podría entenderse en un sentido figurado para hablar de diez diferentes períodos de tribulación orquestados por diez emperadores romanos antes de Constantino. Otra forma de entenderse en un sentido figurado es que los diez días de persecución significan los diez años de persecución bajo el mandato del emperador romano Diocleciano. A los creyentes en la iglesia en Esmirna se les anima a ser fieles hasta la muerte, es decir a estar dispuestos a morir antes que renunciar a su fe en Cristo. Los que lo hagan se harán acreedores a la corona de la vida, la especial recompensa para los mártires.