En primer lugar por la falta de santidad por parte del que pide. Salmo 66:18 dice. “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado”. El pecado no confesado por parte del que ora es un gran impedimento para que Dios conteste afirmativamente la oración.
Segundo, por la falta de fe. Marcos 11:22-24 dice: “Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
Tercero, la falta de sinceridad. Dios no contesta afirmativamente las oraciones que en lugar de exaltar a Dios exaltan a quien está orando. Mateo 6:5 dice: “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa”. Los hipócritas oraban para ser admirados por los hombres y lo conseguían, pero eso es todo lo que lograban al orar. Dios estaba sordo a ese tipo de oración.
Cuarto, por falta de buenos motivos. Santiago 4:3 dice: “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”. La motivación es vital para que Dios conteste afirmativamente una oración. Si está orando para que Dios le dé una casa porque quiere que todos sepan cuán próspero es, es muy probable que Dios no responda afirmativamente su pedido. Pero si su motivación al pedir esa casa es para que el nombre de Cristo sea glorificado. O tal vez para que esa casa sirva de alguna manera en la obra del Señor, entonces es muy posible que Dios responda afirmativamente ese pedido.
Quinto, por falta de discernimiento de la voluntad de Dios. 1 Juan 5:14-15 dice: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” Esta es una hermosa promesa. Dios responderá afirmativamente todo lo que pidamos en conformidad con su voluntad.
Sexto, por la falta de persistencia. Lucas 18:1 dice: “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, Por último, en séptimo lugar, Dios no contesta afirmativamente la oración por falta de pedir en el nombre de Jesús. Juan 14:13-14 dice: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.” Pedir en el nombre del Hijo, no es lo mismo que decir: En el nombre de Jesús, al final de cada oración que hacemos al Señor.
Pedir en el nombre de Jesús, es pedir en los méritos de Jesús, mas no en los nuestros, es pedir las mismas cosas que pediría Jesús si estuviera en nuestro lugar.