La Biblia dice que Salomón es amado de Jehová. 2 Samuel 12:24 dice: “Y consoló David a Betsabé su mujer, y llegándose a ella durmió con ella; y ella le dio a luz un hijo, y llamó su nombre Salomón, al cual amó Jehová.”
Consecuente con esta declaración, Dios cumplió en Salomón todo lo que prometió a su padre, David, en lo que se conoce como el pacto Davídico.
Ponga atención a lo que contempla este pacto. 2 Samuel 7:8-16 dice: “Ahora, pues, dirás así a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel; y he estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra.
Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel, y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio, desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus enemigos.
Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa. Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. Él edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres; pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.”
Este gran pacto que Dios misericordiosamente hizo con David incluía las siguientes provisiones:
1, David tendría un hijo quien le sucedería en el reino.
2, ese hijo, es decir Salomón, edificaría el templo, en lugar de David su padre.
3. El trono del reino de Salomón sería establecido para siempre.
4. Si Salomón hiciere mal, sería castigado severamente, pero no al punto de ser desechado, como fue Saúl el antecesor de David.
5. La casa, el reino y el trono de David, establecidos para siempre. Esto último tendrá su cumplimiento total en Jesucristo. Aunque al presente, él no gobierna desde el trono de David, en su segunda venida él ocupará ese trono.
Muy bien. Seguramente Usted sabe que Salomón tuvo un buen comienzo, pero un mal final. Sin embargo, se cumplirá la promesa de Dios cuando dijo: “Pero mi misericordia no se apartará de él”. Las obras de Salomón al final de su vida le hacían merecedor de castigo eterno, pero la gracia de Dios le garantizó el perdón. Hasta donde se puede discernir, entonces, Salomón fue salvo.