Para entender si existe renovación luego del pecado, leamos el texto bíblico en Hebreos 6:4-6. Dice así: “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.”
Hablaremos sobre Renovación luego del pecado, este pasaje bíblico no está hablando de creyentes genuinos, o de personas que conocieron personalmente al Señor, en el sentido de recibir a Cristo como único y suficiente Salvador.
Este pasaje bíblico está dirigido principalmente a judíos convencidos pero no convertidos. Eran judíos que tenían toda la información para ser salvos, pero por alguna razón se resistían a recibir a Jesucristo como su único y suficiente Salvador.
La advertencia es en el sentido de ¡Cuidado! Si ustedes han recibido la plena revelación de la verdad y obstinadamente dan sus espaldas a esa verdad, entonces es imposible ser restaurados a su estado inicial cuando por primera vez escucharon el evangelio y por tanto ya no habrá posibilidad de arrepentimiento para ustedes. Notemos la manera como se reveló la verdad a este tipo de personas.
Primero fueron iluminados, esto significa que intelectualmente percibieron la verdad.
Segundo, gustaron el don celestial. Esto significa que probaron a Jesucristo, el don celestial, pero jamás lo recibieron como Salvador.
Tercero, fueron hechos partícipes del Espíritu Santo. Esto significa que estuvieron en medio de la acción poderosa del Espíritu Santo, o estaban asociados con el Espíritu Santo, pero el Espíritu Santo jamás moró en ellos.
Cuarto, gustaron de la buena palabra de Dios. La gustaron o probaron, pero jamás la comieron. Quinto, gustaron de los poderes del siglo venidero.
Esto significa que vieron con sus propios ojos el poder de Dios en acción, el mismo poder que se manifestará en el reino milenial. Pero a pesar de todo esto, ¿qué hicieron? ¿Recibieron a Jesucristo como su único y personal Salvador? No. ¡Recayeron! Esto no significa que se volvieron al mundo, porque en realidad nunca salieron del mundo. Significa que se volvieron atrás, decidieron no recibir a Jesucristo como su personal Salvador.
Por tanto, es imposible ser renovados para poder arrepentirse. Según ellos, Jesucristo debió ser crucificado otra vez. Todo judío que rechaza a Jesucristo, habiendo conocido la verdad, está diciendo en el fondo: El Cristo que dicen que vino, no era tal, por tanto, merece ser crucificado como lo fue.
De modo que, el pasaje bíblico de Hebreos 6:4-6 no habla de creyentes que caen de la gracia y se vuelven al mundo para no volver jamás, sino de personas que sabiendo todo lo que necesitan saber para ser salvos, sin embargo rechazan a Cristo como su personal Salvador y de esta manera se condenan eternamente.
Que Dios los siga iluminando para sembrar esa palabra de poder en los corazones, todos necesitamos conocer más de Dios cada día.