En relación con Marcos 11:12-14 sobre la higuera estéril

Mirando el contexto en el cual aparece el pasaje bíblico en cuestión, notaremos que el episodio conocido como la maldición de la higuera estéril, ocurrió el día siguiente a lo que se conoce como la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

Jesús y la Higuera. La higuera estéril representa la condición espiritual de Israel en el momento que Jesús hizo su entrada triunfal a Jerusalén. Con esto en mente, leamos el pasaje bíblico que se encuentra en Marcos 11:12-14 “Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos.”

Este pasaje bíblico se complementa con lo que sucedió el siguiente día, lo cual aparece en Marcos 11:20-21 donde dice: “Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado”.

El incidente de la higuera estéril es la interpretación que da el Salvador sobre la clamorosa bienvenida que recibió el día anterior al entrar a Jerusalén. Jesús veía a la nación de Israel como una higuera estéril, estaba llena de hojas de ritualismo y religiosidad, pero estaba vacía de frutos de justicia. Los que gritaban “hosana” muy pronto estarían gritando “crucifícale”

Existe una aparente dificultad por el hecho que Jesús maldijo a la higuera porque no tenía fruto, a pesar que en el relato se menciona que no era tiempo de higos. Parecería como si el Salvador hubiera actuado injustamente, esperando algo que la higuera no podía dar, porque no era el tiempo cuando las higueras daban su fruto. Por cuanto en Jesús se confunden las dos naturalezas, la humana y la divina, podemos estar seguros que Jesús no podía actuar injustamente con la higuera. ¿Cuál es entonces la explicación? Pues las higueras en Israel producen un anticipo del fruto, el cual es comestible, y aparece antes de que broten las hojas.

Este anticipo del fruto era el presagio de la cosecha normal, conocida como el tiempo de higos. Si no había anticipo del fruto era señal de que la higuera no produciría fruto en el tiempo de higos. Cuando Jesús vino a la nación de Israel, la nación tenía muchas hojas, llámese ritos, tradiciones, religión, pero estaba vacía de frutos para Dios.

Jesús deseaba ver fruto para Dios en la nación de Israel. Por no encontrar anticipo del fruto, Jesús sabía que Israel no produciría fruto para Dios en lo futuro. La abundancia de hojas en la higuera hacía pensar que habría una presencia de abundante fruto, pero la ausencia del fruto anticipado presagiaba que esa higuera no daría fruto en el futuro, en el tiempo de higos.

La higuera manifestaba externamente algo que no correspondía a lo interno, la falta de fruto. Por eso Jesús maldijo a la higuera estéril. De igual manera, externamente Israel parecía que tuviera abundante fruto para Dios, pero en realidad no era así. No había ningún fruto para Dios. En cuestión de días, Israel estaba rechazando a Jesús como el Cristo y entregándolo a los gentiles para ser crucificado.

Aparentar algo que no corresponde a la realidad es abominación para Dios. Israel también tuvo que sufrir el castigo de Dios por aparentar algo que no corresponde a la realidad. Años más tarde, en el año 70 DC. Israel fue prácticamente borrada del mapa y su gente fue asesinada o dispersada por obra del imperio romano.