El libro de 1 Reyes en su capítulo 11 hace un breve comentario sobre la muerte de Salomón, pero no dice nada sobre el tipo de vida que llevó hasta el final de sus días. Quisiera saber a dónde fue su alma cuando murió.
En su vejez, Salomón borró con el codo lo que hizo con la mano. Las muchas mujeres que coleccionó para su harén, muchas de ellas paganas, echaron a perder su testimonio delante de Dios y le arrastraron a la idolatría. La Biblia no relata lo que podríamos llamar el arrepentimiento de Salomón en su vejez, por lo cual es de suponer que Salomón permaneció en esas condiciones hasta su muerte. Jehová reaccionó con justa ira ante el fracaso de Salomón. La desobediencia a Dios siempre tiene su consecuencia con grave pérdida para el desobediente. Pero aún en la disciplina, Dios manifiesta su misericordia hacia Salomón, y por eso decidió que el reino no será roto en el tiempo de Salomón, sino cuando esté reinando su hijo. El pecado afecta a personas inocentes. Roboam, el hijo de Salomón, quien sucedió en el reino a su padre, sufrió en carne propia el ver la división del reino. Así cumplió Dios su palabra. Ahora la gran pregunta es: ¿Adónde fue el alma de Salomón al morir? Bueno si la salvación fuera por obras, Salomón no sería un buen candidato para ser salvo, debido al rotundo fracaso en su vejez. Pero la Biblia enseña con absoluta claridad que la salvación no es por obras. Cuando Dios salva a una persona lo hace sobre la base de la gracia por medio de la fe en lo que Dios ha hecho para salvar al pecador. Antes de que el Hijo de Dios se haga hombre y venga a este mundo a morir en lugar del pecador, el hombre se salvaba también por la gracia por medio de la fe. En el caso de Salomón, es muy obvia la gracia de Dios su vida. Note lo que dijo Dios a David, padre de Salomón. Es parte de lo que se conoce como el pacto Davídico. Leo 2 Samuel 7:12-16 donde dice: “Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. Él edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres; pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti. Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.” Esta grandiosa promesa de Dios a David, se cumplió en Salomón, en el tiempo cercano y tendrá también un cumplimiento en el tiempo lejano, en Jesús, el Hijo de Dios. Note esa parte en la cual Dios dice a David que su misericordia no se apartará de Salomón como se apartó de Saúl. Por esta razón, Salomón fue salvo, a pesar de todo lo malo que hizo cuando llegó a viejo. No es que no importa cómo se vive si se está bajo la gracia salvadora de Dios. Recuerde que la consecuencia del pecado de Salomón fue la ruptura del reino. El pecado siempre tiene una consecuencia para el pecador, aun cuando este pecador, como fue el caso de Salomón, sea una persona genuinamente salva.