Para ponerte en contexto, vino un profeta y le dijo a Nehemías que huyera y se esconda en el templo, porque le querían matar. Entonces en medio de la abrumante situación Nehemías deja de ver las circunstancias y mira quién era él en las manos de Dios.
Ahora te pregunto yo: ante tus problemas, con Dios de tu lado, con su Espíritu en ti ¿vas a huir?
Si ponemos nuestra mirada en lo que somos para Dios, a lo que nos ha llamado; si vemos su obrar en nosotros y sus dones en nosotros, definitivamente no saldríamos corriendo ni a escondernos en ninguna parte.
Esta cercanía a su Espíritu le hizo entender que Dios no había enviado a ese profeta, pues sus palabras lo alejaban del propósito de Dios.
Cuidado con aquellas personas que te dicen cosas incitados por conveniencias propias o de otros, sólo por desviarte de lo que tiene Dios para ti, aun cuando digan que hablan en su nombre.
¿Eres de los que huyen?
¿Sales corriendo ante el primer problema o buscas a Dios?
¿Crees a cualquiera que te dice que viene en nombre de Dios?