Según Mateo 14:22-33, cuando el Señor Jesús salvó a Pedro de morir ahogado le dijo ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?, pero muchos intérpretes dicen que Pedro comenzó a hundirse en el agua por cuanto quitó la mirada del Señor Jesús y la puso sobre el viento y las olas del mar embravecido. Mi pregunta es: ¿Por qué estos intérpretes llegan a esta conclusión? Pregunto esto porque yo mismo, siendo hombre de poca fe, solía hundirme en el temor y la desesperanza, hasta que Dios me ha ido mostrando ciertamente que su palabra no puede fallar y por consiguiente es digna de confianza y amor. Espero su respuesta.
Gracias por su consulta. Para dar respuesta le invito a que me acompañe en la lectura de una parte de ese hermoso relato en el Evangelio según Mateo, en el cual, en obediencia al mandado del Señor Jesús, Pedro desciende de la barca y anda sobre las aguas para ir a Jesús. Leo en Mateo 14:30-31. La Biblia dice: Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
El relato es preciso. No hay donde confundirse. Pedro debe haber bajado de la barca, debe haberse afirmado con sus pies sobre el mar embravecido y debe haber puesto su mirada sobre el Señor Jesús. Mientras tenía puesta su mirada sobre el Señor Jesús todo estaba bien, podía caminar sobre las aguas turbulentas. Pero en algún momento, sucedió lo que textualmente dice el pasaje bíblico leído: Pero al ver el fuerte viento. De aquí se deduce que Pedro debió haber quitado la mirada del Señor Jesús y debió haberla puesto sobre el fuerte viento. Así es como aparece textualmente en el relato y esta es la razón para que muchos intérpretes bíblicos llegan a la conclusión que Pedro comenzó a hundirse cuando quitó su mirada de la persona del Señor Jesús y la puso en el viento y las olas del mar embravecido. No se puede ver al Señor Jesús y al fuerte viento a la vez. Lo que hizo Pedro fue suficiente para que tenga miedo y comience a hundirse. Como es lógico, Pedro buscó ayuda y debe haber clamado a gritos: ¡Señor, sálvame! El Señor Jesús no hizo otra sino extender su mano y tomar firmemente a Pedro. Fue entonces cuando el Señor Jesús reprochó a Pedro diciendo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Ciertamente que en su reproche el Señor Jesús no dijo a Pedro: ¿Por qué quitaste la mirada de mí? Lo que pasó es que la poca fe de Pedro le hizo dudar y esa duda le hizo quitar su mirada del Señor Jesús y ponerla en el fuerte viento. La poca fe mía o de cualquier persona, se manifiesta en abrir la puerta a las dudas y esas dudas nos hacen ver a los problemas como poderosos gigantes que están prestos a aplastarnos. Gracias a Dios que está aprendiendo a crecer en su fe. Eso alejará las dudas de su vida. Eso le motivará a confiar más en Dios en medio de las tempestades de la vida.