Nehemías 1:2 … vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén.
Es interesante pero solemos saludarnos y cumplir con las cuestiones de protocolos, mostramos interés superficial, pero son pocos los que hacen las preguntas correctas; sobre tu salud y estado espiritual o de qué modo te podrían ayudar. Tal vez no queremos hacer esas preguntas porque no queremos escuchar las respuestas y que éstas nos obliguen a una reacción o no sabremos qué responder. Pero Nehemías tenía un genuino interés en su pueblo y su ciudad. Esta es la clave: el interés te mueve a la acción.
Nehemías podría haberse quedado en su lugar, tenía un trabajo, una buena posición, prácticamente era el hombre en el que el rey tenía mayor confianza, era su copero; disfrutaba de los beneficios de estar en el palacio del rey, tenía todo. Pero no tenía paz porque amaba a su pueblo y su ciudad, sabía que Dios tenía algo más para su vida, y ¿sabes? eso es lo que hace la diferencia entre los hombres; los que no tienen paz porque saben que Dios tiene para ellos algo más y los que solamente se quedan a esperar lo que viene. No puedes ser la bisectriz en las opciones de la vida, la inactividad a la larga te aleja del propósito de Dios, que por cierto no termina contigo, simplemente toma al siguiente en la lista de siervos, depende de ti hacer o ser lo que Dios quiere. Tómate un café con Dios y comienza a hacer las preguntas correctas con el interés de amor verdadero.
¿Te interesas por las cosas esenciales de la vida?
¿Dices que vas a orar y lo cumples?
¿Te quedas inmóvil ante la situación de los demás?