Es verdad que todos nos impacientamos y desesperamos cuando no es difícil alcanzar una meta y vemos que aquellos que hacen trampas o fraude consiguen todo lo que desean, hasta de una manera casi instantánea; nos frustramos y muchas veces preguntamos: “¿Dios no me quiere? ¿No quiere ayudarme? ¿Le gusta verme sufrir?”. Aunque esto no es real, pensamos que a Dios no le importa lo que me pasa y pareciera que hacer las cosas con trampa es más efectivo. Pero la verdad bíblica es muy clara: “esta felicidad del impío es breve”.
La filosofía de la inmediatez nos ha invadido y acaparado cada área de nuestra vida. Pareciera que ya no podemos pensar en algo que se demore más de 30 segundos en el microondas de la vida. Pero el tiempo de Dios es muy diferente, Él tiene su tiempo y sabe dejar que las cosas maduren y den su verdadera forma, que muestren su verdadera cara para dar un juicio justo y sin dudas de que está dando el pago merecido. Por eso, en cierto modo, dice: “no te preocupes esto es momentáneo, siempre ha sido así, no te aflijas.” Conversa con Dios hoy mientras disfrutas tu taza de café y cuéntale de tus deseos.
¿Tienes celos del gozo o alegría de los impíos?
¿Quieres todo rápido y no puedes esperar el tiempo de Dios?
No te aflijas deja que Dios obre, sólo confía.