Tenía una relación de noviazgo con una persona. Luego de un año hicimos un pacto entre los dos delante de Dios por el cual nos comprometimos a casarnos. Inclusive intercambiamos unos anillos y nos prometimos, estar juntos, amarnos, en la salud, en la enfermedad, en la riqueza en la pobreza. Pero hace dos meses nos peleamos y él me pidió un tiempo para ver qué pasaba. Resulta que durante ese tiempo él comenzó a coquetear con las cosas del mundo, y le gustó, y me dijo que ese pacto no tenía validez porque había dejado de ser cristiano y ahora era un mundano. Quiero que me ayuden y me digan qué pasó realmente con ese pacto. ¿Es un pacto que perdura delante de Dios, o qué? Yo me he sentido comprometida por ese pacto, y están pasando muchas cosas que para cualquier mujer son muy humillantes. Inclusive él mantiene una relación por celular con una chica y se llaman y se envían mensajes. Él hace esto y me dice que ya no tiene nada conmigo. ¿Qué debo hacer? Claro que estoy orando, pero Ustedes como hermanos ¿Qué me sugieren que haga?
Siento mucho por esta prueba muy difícil que está pasando. Si esa relación que parecía tan prometedora se ha roto, caben dos posibilidades, la primera y más probable es que la voluntad de Dios es que no se case con esa persona, y la segunda, es que tal vez su novio se arrepienta de lo que ha hecho y trate de reestablecer la relación de noviazgo en algún momento futuro. Mi consejo es que se tome un tiempo para orar con fervor a Dios pidiendo discernir su voluntad en cuanto a poner punto final a la relación o a esperar hasta que su novio reconozca su error y rehaga la relación. Si ora con fe, buscando agradar a Dios en todo, Dios mismo se encargará de mostrarle lo que Él quiere.
De todos modos, si yo estuviera en su lugar, tendría muchas dudas en cuanto a la sinceridad de una persona que en algún momento afirma lealtad al Señor Jesucristo y en otro momento dice que ya no es cristiano y comienza a pensar y actuar como una persona que no tiene a Cristo en su corazón. Un genuino cristiano, o mejor, un genuino creyente, no puede jamás dejar de ser creyente. Si alguien dice que era creyente y que ha dejado de ser creyente, lo que en realidad está afirmando es que nunca ha llegado a ser creyente. Este podría ser el caso de su ex novio.
De modo que tenga mucho cuidado. Si por si acaso, su novio decidiera volver, yo le aconsejaría que antes de reiniciar la relación, se tome un poco de tiempo para ver si hay algún fruto de una vida transformada por el poder de Dios en esta persona. Si ese no es el caso, es preferible sufrir el dolor de una separación ahora que tener que vivir toda una vida con una persona que tal vez no es del Señor, aunque de labios para afuera diga que lo es. Noto que se siente preocupada por el pacto que hizo con esa persona cuando era su novio, solemnizado inclusive con el intercambio de aros o anillos o alianzas. Pero hasta donde puedo discernir, ha sido fiel a lo que prometió, pero su novio no. Siendo este el caso, el pacto por más solemne que haya sido, ya no existe, no por su culpa sino por la culpa de su novio, de modo que no tiene que preocuparse por esto. Quien debería preocuparse, si es hijo de Dios, es su ex novio, por haber incumplido con una promesa.