Hace algún tiempo visité las ruinas de Beth Sheán, a orillas del Mar Mediterráneo. Esta ciudad construida sobre terreno ganado al mar por Herodes, en Israel, fue lugar de descanso, lujo y placer para la élite de aquel entonces.

Allí puedes encontrar vestigios de culturas romanas, griegas y hasta egipcias, que confirman que era un lugar de veraneo para los emperadores del mundo conocido, invitados por el monarca romano. En una de sus inscripciones se observa un mármol con un borroso nombre labrado en letras romanas: “PILATUS”.

Esta es la única evidencia fidedigna de la existencia de este personaje mencionado en los evangelios con relación al juicio de Jesús. Hasta el hallazgo de tal inscripción se puso en tela de juicio la veracidad del relato bíblico, pero hoy dichas ruinas lo confirman. “No sabemos el nombre de quienes clavaron a Cristo en la cruz.

Apenas si recordamos el de aquellos que lo juzgaron falsamente y con injusticia lo condenaron a morir. En cambio, vive para siempre en el mundo el nombre de Pilatos, el que se lavó las manos y se mantuvo al margen de los acontecimientos. Mayor ferocidad hubo en los verdugos, saña mayor hubo en los jueces.

En Pilatos hubo sólo tibieza, indecisión y, al final, indiferencia. Sin embargo su memoria es la que quedó. Se recuerda en la oración del credo y en expresiones de habla popular.

Su cobardía y falta de compromisos siguen vivas. La historia nos enseña que merecen reprobación quienes hacen el mal, pero mayor condena merecen aun los que, pudiendo evitarlo, no lo evitan. La maldad es muy culpable; la indiferencia es más aún.

Eso es lo que Pilatos nos enseña mientras sigue lavándose las manos”. (Armando Fuentes. Selecciones, Readers Digest) No lo juzgues. ¿Acaso no hace lo mismo muchas veces el ser humano con la oferta de perdón de parte de Dios? Demasiado pronto para pensar en Dios, decimos cuando tiernos.

Demasiada diversión, cuando jóvenes. Demasiado ocupado, decimos cuando jóvenes mayores. Demasiado amargado como para pensar en Él. Y cuando viejos… demasiado tarde. Indiferencia, siempre la misma actitud de aquel que no quiere asumir sus faltas.

El infierno estará lleno de indecisos como Pilatos. Que no seas tú uno más que le acompañe.

Pensamiento del día:

La historia nos enseña que merecen reprobación quienes hacen el mal, pero mayor condena merecen aun los que, pudiendo evitarlo, no lo evitan.