Muchas veces hacemos promesas que no estamos realmente dispuestos a cumplir y pareciera que nuestra mente ya tiene programada este tipo de mentiras, no nos pesa la conciencia porque de forma anticipada sabemos que no lo vamos a cumplir pero simplemente hacemos votos y luego vemos qué hacemos con ellos.

Bueno, ese quizás sea nuestro caso pero no el de Jefté quien nunca dudó de que Dios podía darle la victoria e hizo un voto en forma de alabanza por lo que Dios haría. La palabra holocausto da la idea de que todo es consumido y le pertenece a Dios, así que su deseo era de que la primera persona que saliera a su encuentro sería completamente del Señor. Tómate un café con Dios y mira lo que vas a ofrecer en holocausto en tu vida, qué le vas a dar por completo.

¿Qué tienes para dar a Dios? ¿Será que le das cosas a medias?