Los estados emocionales a veces pueden llevarnos a meternos en problemas.
Cuando no sabemos sujetar nuestras pasiones, el descontrol y los desbordes nos hacen cruzar el límite de la ética y del cuidado de las relaciones personales. No es fácil para algunos manejar la delgada línea que separa el control del descontrol.
Quienes han logrado un buen manejo de sus pasiones poseen lo que llamamos autocontrol o dominio propio. Estos, sienten ira, sienten enojo, pero encuentran la manera de contenerlo sin negarlo, pero sin provocar heridas en los demás. Las personas que controlan sus sentimientos pueden construir en vez de destruir. Procuran evitar rupturas y peleas porque enfrentan los problemas con sabiduría y serenidad. Estar con otros incluye también conflictos, eso es inevitable.
Lo evitable es nuestra responsabilidad de aprender a manejarnos en medio de dichos conflictos. Elegir las palabras adecuadas, fomentar la paz, animar, valorar y respetar a los demás son señales de alguien que ha aprendido a resolver este asunto.
Vivimos en un contexto donde las reacciones ante los problemas son peligrosas y violentas. No hay paciencia en la crianza de los hijos. Falta tolerancia ante las diferencias de pensamiento. No se respetan entre sí lo matrimonios y los liderazgos se imponen con autoritarismo en vez de autoridad. La serenidad parece una actitud en extinción y hoy toma protagonismo el golpe, el insulto y la pelea.
Dios está interesado en nuestras relaciones personales más que nadie en este mundo. Ha dejado líneas de acción prácticas para que podamos hacer de nuestro mundo un lugar más pacífico y bendecido. Nos estimula al amor y a las buenas obras.
Nos invita a perdonar y a tratar con nuestros enojos aun antes de que el sol se ponga. Marca la urgencia de resolver las cosas a través de la palabra para que la amargura no crezca como una raíz y de fruto amargo hacia nuestro alrededor. Nos dejó un perfecto ejemplo de unidad en el modo de ser de Jesús con los suyos a los cuales amó hasta el fin mas allá de las traiciones y las deslealtades.
Pensamiento del día:
Construir la paz empieza desde nosotros mismos.
“El hombre que ha aprendido a tomar posesión de su espíritu, puede tomar posesión de cualquier cosa”