No te apures, anda despacio y con cautela, piensa bien antes de hacer algo o decir algo ante Dios. A veces podemos sacar palabras de nuestra boca y somos necios diciendo cosas que no estamos dispuestos a hacerlo en realidad. Una frase dice: “el cristiano cuando canta es cuando más miente”. Sí, porque decimos y ofrecemos a Dios cosas que no cumplimos, las emociones nos hacen mover, pero la convicción no existe y al poco tiempo dejamos todo a medias.

Es mejor acercarse a Dios con la actitud de escuchar, de atender a su Palabra, a ver de qué manera Él está actuando y cómo podrías ser parte de su programa. No es fácil, no es cómodo, no es popular, pero es la única forma de adorar con el espíritu y con la mente, como dice el Nuevo Testamento. Quizás parezca más interesante gritar a viva voz lo que sentimos, pero puede que eso no venga de un corazón centrado en vivir para Dios sino de uno que sólo se mueve por emociones.

¿Eres de los que se comprometen miles de veces con cosas que no cumplen?, ¿vas con humildad a la casa de Dios?. Acércate a Él este día, tómate un café y escucha lo que tiene para ti hoy.