Para un reducido grupo de pescadores, hombres conocedores del mar, cruzar un lago de orilla a orilla no parecía ser cosa difícil de lograr.
La barca con la cual harían la travesía, había sido el escenario donde por largas horas Jesús había dado sus mejores lecciones.
Todos, incluso Jesús, habían atendido a mucha gente que atraída por las enseñanzas los seguían de ciudad en ciudad. Pero la noche había caído y la idea de cruzar al otro lado, para descansar después, no incluía complicaciones.
Sin embargo, a mitad de camino se desata una tormenta que atrapa en el miedo y la desesperación a los discípulos, excepto a Jesús quien dormía tranquilamente. El final, quizá ya lo conozcas, el Maestro se despierta y calma no solo la tormenta sino el corazón de sus discípulos.
Más de una vez, nos embarcamos en proyectos seguros de que es eso y no otra cosa, lo que debemos realizar. Las circunstancias, las oportunidades y la situación en general parecen alinearse hacia cierta dirección. Dios habla a nuestro corazón y eso nos da confianza.
Pero en medio de la historia, las cosas se nos complican, surgen contradicciones y parecemos naufragar en el intento. Es en esos momentos donde recordar que fue el Señor quien nos invitó a embarcarnos, calma nuestros miedos e incertidumbres.
Él les había dicho a sus hombres:” Vamos al otro lado”. Eso era suficiente para que ellos entendieran que todo estaba bajo control, aunque la tormenta amenazaba. Así también es con nosotros, Si Él te dice: “Ve”, refuerza tus creencias.
Su presencia y su cuidado nunca se corren de lugar. Tu familia y tu comunidad necesitan personas de convicciones firmes, que lideren con fe cada proyecto aun cuando algunas condiciones se tornen desfavorables.
PENSAMIENTO DEL DÍA:
Siempre parece imposible hasta que se consigue. Nelson Mandela