Alguien dijo con acierto que muchas veces los regalos de Dios vienen envueltos en papel periódico. ¡Qué gran verdad! Es en este contexto que el Señor anima en Mateo 7:7 a pedir, llamar, buscar, sin perder las esperanzas, porque aunque a ti te parezca que esto que te está sucediendo no te conviene, puede ser enviado por Dios con un propósito sublime y eterno, que va mucho más allá de tu comprensión. Muchas veces, las cosas que más nos irritan en nuestro diario andar son enviadas por Dios para moldearnos y fortalecernos, para capacitarnos para lo que aún resta de nuestro peregrinar por este mundo. Si perdemos la calma y tratamos de espantar de nuestra vista todo aquello que no aceptamos, podemos perder bendiciones. Hay mucha sabiduría en aprender a aceptar cada cosa que se interpone en nuestro camino, sea buena o mala, sea blanca o negra, como enviada por Dios. Porque dice Romanos 8:28 que “Todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios”.
Las oportunidades muy pocas veces vienen rotuladas como tales. Nuestros prejuicios y temores, nuestra desconfianza crónica instalada en el mecanismo de defensa de nuestro ser por traiciones y abusos del pasado, nos condicionan al momento de acepar los tratos de las personas sin vengatividad y los de Dios con mansedumbre. Él sabe lo que hace, nuestra integridad está en sus manos y en esas premisas eternas que sustentan nuestra fe debemos basar la vida presente y futura. Un amigo inoportuno, ¡qué interrupción para mi organizada agenda! O más bien: ¿Qué necesitará mi amigo en que yo pueda ayudarle?… Una enfermedad, ¡justo ahora que necesito estar con todas mis fuerzas!, o más bien: Tal vez alguien que se encuentre débil puede ser animado con mi actitud optimista frente a esta enfermedad que me aqueja… Suena diferente, ¿verdad? Cambia tu óptica. Cuando obras controlado por la compasión, aprenderás a ver cada aparente problema, como una oportunidad potencial de amar. ¡Haz la prueba!

Pensamiento del día:

Muchas veces, las cosas que más nos irritan en nuestro diario andar son enviadas por Dios para moldearnos y fortalecernos.