Podemos disfrutar, compartir y amar en nuestras relaciones como así también sufrir, competir, odiar y enojarnos. El enojo es una emoción básica que se apoya en nuestra agresividad innata (necesaria para la auto conservación), pero que según hayan sido nuestras vivencias, vínculos primarios o nuestra historia, seremos más propensos o reaccionaremos a las cosas de mejor o peor manera. ¿Por qué nos enojamos?… Cada sujeto se enoja por cuestiones que son propias a ese sujeto. Los sentimientos, (sean los que fueren) “son nuestros sentimientos”, pero en términos generales el enojo se activa cuando “desde nuestro marco de referencia” algo nos dice que está mal, que no es lo que queremos ni lo que esperábamos, que no cumple con nuestras expectativas y entonces “amenaza” algo bueno que tenemos o que esperábamos tener. Cuando eso bueno, real o esperado, se siente atacado todos, los mecanismos de nuestra agresividad innata se activan en respuesta a esta frustración o amenaza. Todos nos enojamos pero no todos nos enojamos del mismo modo o por las mismas cosas. Hay una manera podríamos llamar “visible”, activa, o que se manifiesta más, y otra que quizá no es tan visible, pero que internamente provoca muchas cosas. Si bien la llaman forma “Pasiva” ¡de pasiva no tiene nada!!! La primera pueden ser gritos, golpes, agresiones de todo tipo. La segunda se traduce en tristeza, obstinación, desánimo, crítica, negativismo, pérdida de interés, que muchas veces son otras formas de vivir el enojo.
Es inevitable enojarnos, pero podemos trabajar en nuestro carácter y analizar el por qué de nuestros enojos. Quizá ponemos expectativas muy altas en las cosas o en las personas, o somos muy rígidos y poco flexibles a los cambios y a las diferencias. Quizá haya dentro de nuestro corazón, heridas no curadas del pasado, las cuales proyectamos hacia afuera poniendo el enojo en los demás o intentando controlar a las personas y a las circunstancias. La Biblia nos autoriza a sostener el enojo sólo el tiempo necesario para que luego perdonemos, liberemos nuestra alma de ese sentimiento y recuperemos la paz en nuestras relaciones.

Pensamiento del día:

Somos seres en relación, y por lo tanto nos pasan cosas al relacionarnos.