El esposo siendo creyente, está viviendo en adulterio. A pesar de los esfuerzos realizados para arreglar la situación, no fue posible hallar una solución. El marido siguió en adulterio. Por este motivo, la esposa, también creyente, decidió separarse de su esposo. No divorciarse, sino separarse. Ante esto, su marido ha recapacitado y ha dicho que ha abandonado su pecado y quiere regresar con ella. Nos pide nuestro consejo.

La Biblia habla de separación, lo cual no es sinónimo de divorcio. La separación no termina con el vínculo matrimonial. Note lo que dice la Biblia en 1 Corintios 7:11 «y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer»

Si la separación fuera sinónimo de divorcio, la Biblia no aconsejaría que los que están separados se queden sin casar o que se reconcilien. La separación provee una oportunidad para que el Señor obre en los esposos de modo que puedan superar sus diferencias y vuelvan a tener comunión con Dios y entre ellos.

Usted justamente se ha separado de su esposo a causa de la falta de disposición por parte de él para abandonar el pecado de adulterio.

Ahora bien. Aparentemente su esposo ha recapacitado, ha reconocido la gravedad de su falta y ha dejado atrás el pecado. Al menos eso es lo que él dice. Además, su esposo ha expresado su deseo de reconciliarse con Usted para volver a estar juntos. Yo le aconsejaría que no descarte la posibilidad de volver a estar juntos. Después de todo, él sigue siendo su marido y Usted sigue siendo esposa de él. El hecho que estén separados no hace que dejen de ser esposos.

Sin embargo, le recomiendo que sea muy cuidadosa en discernir el cuándo y el cómo. En cuanto al cuándo, no permita que la desesperación le arrastre a una decisión precipitada. Usted necesita primeramente verificar la sinceridad de su esposo. Si su esposo está realmente arrepentido por lo que hizo, es necesario que en él se manifiesten los frutos de ese arrepentimiento.

Por ejemplo, Usted debería exigir que su esposo confiese su pecado al menos a los líderes de la iglesia, si no a la iglesia toda y esté dispuesto a recibir la disciplina que normalmente administraría la iglesia. El pecado de adulterio debe ser tratado por los líderes de la iglesia. No es algo que se debe ocultar para guardar las apariencias. Si su esposo se opone a esto, significa que él no está verdaderamente arrepentido.

Además, Usted debe demandar de su esposo total transparencia en sus asuntos. El debe decirle donde está en todo momento, qué está haciendo, con quienes está, etc. Si es posible, Usted debería acompañarlo a todo lugar que él va. Si Usted nota alguna resistencia de parte de él a ser totalmente abierto y transparente con Usted, sería un indicio que él no está arrepentido de verdad. Una persona verdaderamente arrepentida está dispuesta a cualquier cosa con tal de reivindicarse de su falta.

Estas serían las cosas que Usted debería esperar de su esposo. En cuánto al cómo volver a estar juntos, es necesario que Ustedes dos, busquen consejería familiar. Las heridas emocionales y espirituales que deja el pecado de adulterio, no son fáciles de manejar. Usted necesita perdonar a su esposo y aprender a confiar en él nuevamente. Él necesita dar a Usted la seguridad de que Usted es la única mujer en quien él va a poner sus ojos. Es necesario por tanto que busquen ayuda especializada de los líderes de la iglesia.

Espero que estas ideas le sean útiles y que en el tiempo de Dios Usted y su esposo vuelvan a estar juntos.