He visitado iglesias donde hablan lenguas extrañas, se caen, se sacuden y hacen otras cosas, todo, según ellos apoyado por lo que la Biblia dice en Hechos 2 y 1ª Corintios 14. Quiero que me orienten porque según ellos, si no hablo en lenguas no he sido bautizado con el Espíritu Santo.
El tema de su consulta es extremadamente basto, al punto que apenas nos limitaremos a señalar lo más importante.
Comenzaremos por señalar que el Espíritu Santo actúa en el creyente aún antes de que éste llegue a ser eso, un creyente. De esto nos habla Juan 16:8-11 en donde queda claro que el Espíritu Santo convence al incrédulo en el sentido de poner la clara luz del Evangelio delante de sus ojos espirituales, de tal modo que el incrédulo acepte o rechace el contenido del evangelio.
Cuando el incrédulo oye y cree a la palabra de Dios expresada en el Evangelio, Dios regenera a ese incrédulo por medio del Espíritu Santo. La regeneración es el acto de Dios por el cual imparte vida espiritual a una persona que estaba hasta ese momento muerta espiritualmente hablando.
El Espíritu Santo además mora para siempre en el creyente. El Espíritu Santo sella al creyente. Ser sellado con el Espíritu Santo significa certeza de que el creyente es posesión de Dios y que está preservado hasta el día de la redención final.
El Espíritu Santo otorga dones espirituales a los creyentes con el fin de capacitarlos para que sean útiles en la iglesia. El Espíritu Santo llena a los creyentes para que los creyentes puedan actuar como Cristo actuaría si estuviera físicamente en la tierra. El Espíritu Santo enseña, guía, capacita, ayuda en la oración, y finalmente tiene parte vital en lo que se llama el Bautismo con el Espíritu Santo, que a propósito lo he mencionado al final para ocuparnos de esto con mayor detalle.
Para entender esta obra del Espíritu Santo es necesario comprender el significado del verbo bautizar en el uso bíblico. Este verbo es la traducción del verbo griego baptizo que se deriva del verbo griego bapto que significa mojar.
Se usaba entre los griegos para hablar de teñir un vestido, para indicar que se sacaba agua introduciendo una vasija pequeña en otra más grande, etc. Plutarco la usó para indicar que estaba sacando vino introduciendo la copa en un cuenco. Es así como el verbo bautizar en el uso del Nuevo Testamento denota la acción de sumergir, introducir, meter.
Tenga a la mano este significado del verbo bautizar mientras Alan da lectura al texto bíblico que nos habla del bautismo con el Espíritu Santo y que se encuentra en 1ª Corintios 12:13 que dice: «Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.»
Lo que este texto está afirmando es que todos los creyentes sin excepción, hemos sido bautizados en un cuerpo algún momento en el pasado. ¿Qué significa el verbo bautizar?, ¿Recuerda? Significa introducir, sumergir, meter.
Por tanto, este texto nos está diciendo que todos los creyentes, sin excepción, hemos sido introducidos en un cuerpo algún momento en el pasado. Ese cuerpo no es otro sino el cuerpo de Cristo que es la iglesia. Todo creyente sin excepción ha sido introducido en la iglesia de Cristo en algún momento en el pasado. Esta obra de introducir o bautizar se realizó por o con o en el Espíritu Santo.
¿Quién es que bautiza al creyente en el cuerpo de Cristo? El Nuevo Testamento jamás habla del bautismo del Espíritu Santo, como dando a entender que es el Espíritu Santo quien bautiza al creyente, porque el Espíritu Santo no es el bautizador. Si el Espíritu Santo no es el bautizador, entonces ¿Quién es el bautizador?
El Nuevo Testamento nos responde esta consulta. Lucas 3:16 dice: «respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.»
Estas son las palabras de Juan el Bautista, el precursor de Jesucristo. Juan el Bautista decía que lo único que él podía hacer es bautizar o sumergir en agua, a todos los que creían en su mensaje por supuesto, pero que tras él venía uno que es más poderoso que él, uno tan grandioso que Juan el Bautista no se consideraba digno ni siquiera de desatarle la correa de su calzado. Este personaje majestuoso era Jesús.
Pero note con atención lo que Juan el Bautista dijo de Jesús al final de este versículo. Él, es decir Jesús, os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Juan el bautista podía bautizar solo en agua, en cambio Jesús podía bautizar en el Espíritu Santo y fuego. Allí está la diferencia.
Queda claro entonces que quien bautiza con el Espíritu Santo es Cristo Jesús, y el resultado de esa obra de bautizar con el Espíritu Santo es que el creyente queda introducido en su cuerpo que es la iglesia.
Otra pregunta importante es: ¿Cuándo ocurre este bautismo con el Espíritu Santo? Dicho en otras palabras, ¿Cuándo introduce Cristo a un creyente en su cuerpo mediante el bautismo con el Espíritu Santo? Pues esto ocurre el instante mismo que el creyente recibe a Cristo como su Salvador personal.
Por cuanto no existe creyente que no sea parte del cuerpo de Cristo desde el instante que recibe a Cristo como Salvador, igualmente no existe creyente que no haya sido bautizado por Cristo con el Espíritu Santo el momento que recibe a Cristo como personal Salvador. Observe además que el bautismo por el Espíritu Santo es común a todos los creyentes. Ningún creyente queda fuera de esto. Es algo que Cristo hace en el creyente en respuesta a la fe del creyente cuando decide recibir a Cristo como Salvador.
Esta es la razón por la cual en el Nuevo Testamento Ud. no encontrará jamás alguna orden o alguna insinuación siquiera en el sentido de que el creyente debe buscar el bautismo con el Espíritu Santo. Si ser bautizados con el Espíritu Santo es tan vital para el creyente, porque de ello depende el estar o no dentro del cuerpo de Cristo que es la iglesia ¿Por qué es que no se ven mandatos a que los creyentes busquen ser bautizados con el Espíritu Santo?
La razón es muy sencilla. Simplemente porque la Biblia declara que todo creyente es automáticamente bautizado por Cristo con el Espíritu Santo el momento de creer en Cristo como Salvador. Cómo verá Ud. el bautismo con el Espíritu Santo no tiene en absoluto nada que ver con el hablar en lenguas. El hablar en lenguas es un don que dio el Espíritu Santo a algunas personas en determinada época de la iglesia, con un propósito claro y definido.
El don de lenguas es la capacidad de hablar un idioma que jamás ha sido aprendido por el que ha recibido el don de lenguas. Por ejemplo. Yo nunca he aprendido a hablar en Chino. Si de pronto me encontrara hablando en Chino y hubiera chinos que entendieran lo que yo estoy diciendo, entonces yo podría decir que se ha manifestado el legítimo y bíblico don de lenguas.
Esto es tan diferente a lo que hoy en día se da por llamar lenguas. Así como no todos los creyentes tienen el don de enseñar o el don de servir o el don de exhortar, etc., no todos los creyentes tienen el don de lenguas, pero como hemos demostrado bíblicamente, en cambio, todos y cada uno de los creyentes hemos sido bautizados por Cristo con el Espíritu Santo.
Esto es para demostrar que el don de lenguas de ninguna manera es una evidencia de que alguien ha sido bautizado con el Espíritu Santo. Así que, a la pregunta de si Ud. ha recibido el bautismo con el Espíritu Santo, dando por sentado que Ud. es creyente, su respuesta debe ser: Claro, yo he sido bautizado con el Espíritu Santo.
A la pregunta de si Ud. ha hablado en lenguas como evidencia de que ha sido bautizado con el Espíritu Santo, su respuesta debe ser: No, porque la Biblia no enseña que la evidencia de haber sido bautizado con el Espíritu Santo es la manifestación del don de lenguas.