1ª Timoteo 2: 9-10 dice: «Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.»
El apóstol Pablo está describiendo aquí, la manera de vestirse de una mujer creyente en la Iglesia local. Dice que deben vestirse con ropa decorosa. Esto significa que la ropa debe ser bien dispuesta. Dice que deben vestirse con pudor. Esto significa evitar vestirse de una manera que traiga vergüenza hacia ella al dejar descubiertas partes íntimas de su cuerpo. Dice que debe vestirse con modestia. Esto significa vestirse con un sano juicio en la mente. La mujer debe evitar vestirse de una manera extravagante.
Luego Pablo pasa a instruir sobre cuatro cosas que por ser costosas, la mujer que las usa corre el riesgo de ser el foco de atención para demostrar su opulencia.
Estas cuatro cosas son los peinados ostentosos, el oro, las perlas y los vestidos costosos.
Sin embargo cabe una aclaración. Pablo no está diciendo que la mujer no se peine, tampoco que no use cosas de oro, tampoco que no use joyas con perlas. Lo que está diciendo es que sea equilibrada en la forma de peinarse, equilibrada en las cosas de oro que usa, equilibrada en las cosas con perlas que usa, equilibrada en el costo de los vestidos que se pone.
La razón para esto es muy simple. La mujer piadosa no debe atraer la atención de los demás hacia su cuerpo o hacia su fortuna, porque esto haría que la gente se fije en ella y no en Cristo durante las reuniones de la iglesia local. La mujer piadosa debe ser reconocida por sus buenas obras, mas no por su apariencia externa. Esto es lo que enseña este pasaje bíblico.