¿Cuál es la forma correcta de bautismo en agua, la que aparece en Mateo 28:19 o la que aparece en Hechos 2:38?
Su consulta tiene que ver con lo que se da por llamar la fórmula bautismal. A este respecto leamos Mateo 28:19 que dice: «Por tanto, id, y haced discípulos a tosas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo»
Estas fueron las palabras de Jesús, después que murió y resucitó y poco antes de su ascensión al cielo. Lo que tenemos aquí es un mandato claro y directo de parte de Jesús a sus discípulos para que yendo por el mundo, prediquen las buenas nuevas de salvación en Cristo, y bauticen a los que reciban ese mensaje. El bautismo debe ser realizado en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
El mandato no es solo para los apóstoles sino para todo aquel que habiendo escuchado el mensaje de salvación en Cristo y habiendo recibido a Cristo como Salvador se constituye en un discípulo de Cristo. Esta es justamente la manera como Cristo espera que crezca en número su iglesia.
Con esto en mente, leamos Hechos 2:38 «Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.»
Pedro había predicado un poderoso mensaje centrado en Cristo Jesús mostrándolo como el Mesías de Israel que sin embargo de ello, fue crucificado por los mismos Israelitas. Al oír y entender el mensaje, los israelitas se compungieron de corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos: ¿Qué haremos? Era como si dijeran: ¿Habrá esperanza para nosotros? Porque ahora sabemos que hemos crucificado a Aquel que Dios levantó como el Señor, como el Cristo, como el Mesías.
La respuesta de Pedro no se hizo esperar. Por supuesto que había esperanza para los israelitas que crucificaron a Jesús, pero era necesario que se arrepientan. Arrepentimiento significa un cambio de mente.
Los israelitas habían pensado que Jesús era un malhechor y por eso lo crucificaron. Ahora era necesario que piensen diferente sobre Jesús. Debían pensar que Jesús de Nazaret, el que fue crucificado, quien murió y resucitó, era el Mesías, el Ungido, el Señor.
Esto es arrepentirse en este caso en particular. Una vez arrepentidos de esta manera, era necesario para esos israelitas el dar un testimonio público de su adhesión a Jesucristo. Ese testimonio público era el bautismo. Era la forma como ellos se identificaban públicamente con Jesús. Al bautizarse estaban reconociendo su error de haber crucificado a Jesús y estaban anunciando a todos los presentes que ahora reconocían a Jesús como el Señor, como el Mesías de Israel.
Fue por esto que Pedro les pidió que se bauticen en el nombre de Jesucristo. Lo mismo ocurrió en Hechos 10:48 y más tarde en Hechos 19:5. Recuerde además amigo oyente, que el libro de los Hechos es un libro histórico y transicional.
Relata la historia del nacimiento y desarrollo de la iglesia de Cristo durante sus primeros años de existencia. El libro de los Hechos contiene por tanto algunos episodios que ocurrieron una sola vez y que son propios de algo que está comenzado, como el nacimiento de la iglesia por ejemplo. Eso fue algo que ocurrió una sola vez y nunca más volverá a ocurrir. Un organismo vivo como es la iglesia nace una sola vez.
Es riesgoso por tanto recurrir al libro de los Hechos para tomar de allí patrones de doctrina y práctica para la iglesia. De ser así, la iglesia tendría por ejemplo que reunirse todos los días porque la iglesia se reunía todos los días cuando comenzó como tal. Los hermanos tendrían que vender sus posesiones y traer el producto de la venta a la iglesia para comprar comida para todos, y tendrían que comer todos en la iglesia, porque eso hizo la iglesia en su inicio según el relato del libro de los Hechos.
Las normas de doctrina y práctica para la Iglesia no deberían ser extraídas del libro de los Hechos sino de las Epístolas y de los demás libros del Nuevo Testamento y al hacerlo así será inevitable reconocer que la fórmula bautismal para la iglesia según consta en el libro de Mateo, es en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Con esto no estamos despreciando o peor desautorizando el libro de los Hechos, simplemente estamos diciendo que no todo lo que se encuentra en el libro de los Hechos tiene una aplicación directa para la iglesia una vez que ha alcanzado su madurez, como esto de bautizarse en el nombre de Jesucristo, por ejemplo.