Desde que el mundo es mundo, el hombre ha estado atento al rumor de voces. La mayoría de las veces el hombre solamente cree oír esas voces. En muchas otras, las oye realmente. Se dice que Adolfo Hitler, creía oír voces que lo llamaban a “redimir al mundo de sus angustias.” Estas voces lo llevaron a concluir que  los judíos eran la causa de los problemas del mundo y decidió exterminarlos. Voces extrañas escuchadas por el Führer alemán lo llevaron a gasificar a seis millones de inocentes judíos en el más brutal, inmoral y nauseabundo holocausto humano. Él dijo: “Yo cumplo las órdenes que recibo de La Providencia. No hay poder, sobre la tierra capaz de conmover, ahora, al Imperio Alemán, ya que la Divina Providencia ha querido que yo cumpla, plenamente, la obra germánica… Si la voz me habla, entonces sé que el tiempo de actuar ha venido” De ahí el peligro de escuchar y dar crédito a voces extrañas.

De que hay voces extrañas que hablen y que su rumor se escuche no debe cabernos la menor duda. Jesucristo mismo habló de este fenómeno cuando afirmó: “al extraño no seguirán, sino que huirán de él porque no conocen la voz de los extraños.” (Juan 10:5) Ciertamente hay voces que proceden de fuentes extrañas. La escritura advierte la de los falsos profetas que vendrían al mundo hablando lisonjas para desviar al hombre de la verdad. Nuestra época se caracteriza por todo un elenco de voces y de rumores extraños y por hombres ingenuos que las escuchan y las siguen. El resultado de este extravío masivo es el caos religioso, la confusión moral, la bancarrota espiritual, la convulsión social y la debacle económico en que la humanidad se encuentra atascada. ¿Está tu oído sintonizado a la voz del auténtico Pastor? Entonces… ¡a seguirle! Es todo lo que Él pide, que le sigas. Porque… “El que me sigue no andará en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida.”

(Por Mariano González V.)

Pensamiento del día:

Loca es la oveja que al lobo se confiesa. Lo más que puede conseguir es aprender a aullar.