Cuando la Biblia habla del don del Espíritu Santo se refiere a la persona del Espíritu Santo. En cambio, el bautismo en el Espíritu Santo es la obra de Cristo. Un creyente es introducido en el cuerpo de Cristo, (la iglesia), por medio del Espíritu Santo. Esta es la única manera como el creyente llega a ser parte del cuerpo de Cristo que es la iglesia.
El verbo “bautizar” cuando hablamos de bautismo en el Espíritu Santo, significa, introducir, o sumergir algo dentro de otra cosa. Así como Juan el bautista bautizaba en agua a los que recibían su mensaje de arrepentimiento, Cristo bautiza en el Espíritu Santo a los que le reciben como Salvador.
Note lo que dijo Juan el bautista según Mateo 3:11 “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.”
De modo que quien bautiza es Cristo, por medio del Espíritu Santo, y el resultado es el creyente formando parte de la iglesia.
Eso es lo que se puede apreciar en textos como 1 Corintios 12:13 donde dice: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.”
Cristo Jesús nos bautizó a todos los creyentes en un cuerpo. Esta declaración significa que Cristo Jesús nos introdujo a todos los creyentes en la iglesia. Lo hizo por medio del Espíritu Santo. Además, a todos los creyentes se nos dio a beber del Espíritu Santo. Esto significa que todos los creyentes disfrutamos de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas. Nuestra vida llegó a ser la morada del Espíritu Santo.
¿Es el don de lenguas la evidencia externa de haber sido bautizado en el Espíritu Santo?
Según 1 Corintios 12:13, sabemos que absolutamente todo creyente es bautizado por Cristo en el Espíritu Santo. Como resultado de esto, el creyente es introducido en el cuerpo de Cristo que es la iglesia.
Ningún creyente verdadero escapa de ser objeto de esta maravillosa obra de Cristo. Si algún creyente no ha sido bautizado por Cristo en el Espíritu Santo, ese creyente no forma parte de la iglesia o el cuerpo de Cristo. Esto es contrario a toda lógica y razón.
Siendo así, se seguiría que todo creyente debería tener el don de lenguas. ¿verdad? Pero en 1 Corintios 12:28-30 se hace evidente que no todos los creyentes tienen el don de lenguas. Entonces, la presencia del don de lenguas en un creyente no es evidencia de que ha sido bautizado en el Espíritu Santo.
El bautismo con el Espíritu Santo ocurre el instante mismo que una persona recibe a Cristo como Salvador. Es una realidad espiritual que no se manifiesta de ninguna manera visible.