“Les ruego, por favor, yo que estoy preso a causa del Señor, que su conducta sea congruente con lo que se dicen ser: llamados por Dios.” Efesios 4:1
La meta de Dios para sus hijos es llevarlos gradualmente a una vida de coherencia, donde su credo vaya de la mano con su conducta. En otras versiones bíblicas, la palabra usada en la exhortación a una vida coherente en Efesios 4:1 es “digno”, haciendo referencia a un andar digno. En griego, el idioma original de la carta sagrada, es axios, palabra prestada al español y usada mayormente en física de dónde deriva, por ejemplo, el “movimiento axial”. Básicamente significa “equilibrio”.
La Biblia nos desafía a que nuestras vidas mantengan equilibrio entre lo que digo y lo que hago, entre mi credo y mi conducta, entre lo que pienso y lo que soy.
Lo que más daño le hace hoy al cristianismo son los testimonios incongruentes de muchos que se dicen ser cristianos pero no practican lo que predican. Retrocediendo las páginas sagradas y siglos de historia en la nación hebrea, ése fue el reclamo puntual que Jehová le hizo a su pueblo en boca del profeta Jeremías. El capítulo 32 es un reproche con sabor a enojo de parte del Dios de Israel.
Éste envía a su pueblo a la poderosa nación de Babilonia para castigarlos por su vida de rebeldía y la incongruencia entre su religión y su práctica. Dice en el versículo 38, anunciando promesas de restauración: Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. Haré que haya coherencia entre su pensamiento y su conducta, a fin de que siempre me teman, para su propio bien y para el bien de sus hijos.
Haré con ellos un pacto eterno, nunca dejaré de estar con ellos para mostrarles mi favor. Pondré mi temor en sus corazones y nunca más se apartarán de mí.”
Te pregunto, ¿hay coherencia entre tu pensamiento y tu conducta?… de lo contrario prepárate para sufrir bajo la amorosa disciplina del Padre, que no nos dejará hasta que haya cumplido en cada uno de sus hijos su propósito.
Pensamiento del día:
Lo que más daño le hace hoy al cristianismo son los testimonios incongruentes de muchos que se dicen ser cristianos.