Nuestra sociedad está cansada de soluciones superficiales. Ponemos parches sobre parches a nuestros problemas existenciales, o como decimos en Argentina: “Pintamos sobre la humedad”. El egoísmo y la ambición de poder y prestigio ha carcomido los cimientos de dicha sociedad. Así, se proponen desde los mismos foros gubernamentales, ideas de soluciones cosméticas que solo logran hundir más y más a esta ya decadente humanidad, maquillando su corrupción. No puedo entender cómo se sigua enseñando sobre “la evolución de las especies”. ¿Esto es evolucionar? Más bien creo que somos espectadores del retroceso de nuestra raza, más que de su desarrollo. Basta mencionar como ejemplo, la supuesta tarea humanitaria que algunos países desarrollados realizan en pro de la pobreza, abriendo las puertas de sus fronteras a inmigrantes que arriban en busca de una “mejor vida”. No digo que esto esté mal, solo digo que sigue siendo un parche. Los EE.UU. alberga un promedio de un millón de inmigrantes legales/año. Cifra aprobada y subsidiada por el Departamento Migratorio desde 1990. Pero esto es una gota de agua en el desierto. Un desierto de personas que gana menos de dos dólares/día. África tiene 650 millones de pobres. India, 890. China 480. Desafortunadamente, en el resto de Asia existen 860 millones más de personas con menos de dos dólares diarios, y hay 105 millones entre la población latinoamericana. Este desierto suma entonces 3 billones de personas pobres en el mundo, según cifras del Banco Mundial. Esta realidad se agrava al considerar dos cuestiones. Son justamente esos inmigrantes, los más capacitados, los que sueñan, ¡los que lograron alcanzar su sueño! Al salir de sus tierras abandonan a una multitud de compatriotas que se hunden cada vez más en la miseria. Pero, la otra cuestión es que por cada millón de personas que reciben acogida en EE. UU. ¡hay cuarenta millones más que nacen en la pobreza también cada año en todo el mundo! Parches, parches y más parches.
Solo cuando el ser humano entregue la administración de sus vidas y sus recursos a Su Creador, logrará salir de su pobreza moral, espiritual, física y existencial. Por eso Jesús vino a proponernos un nuevo comienzo. ¡Basta de remiendos viejos!
Pensamiento del día: Carente de propuestas radicales, vemos a la raza humana hundirse cada vez más en una debacle de proporciones dramáticas.