Nací en un país de deportistas. Disciplinas como Futbol, Vóley, Rugby, Básquet y otros engalanan el historial con trofeos y medallas doradas.
Brillo que, lamentablemente, es a la vez opacado por la violencia y la competencia cruel y desleal. En muchas ocasiones, esas disciplinas han pasado de ser un juego a ser una literal batalla campal, dentro y fuera de los estadios.
En el deporte no es fácil ser amable, y aunque duela decirlo, no son tantos los deportistas que tienen ese comportamiento. Aun así, hay varios casos de deportistas con esa actitud, son los que siempre sobresalen y son recordados especialmente.
Casos como el de las dos corredoras olímpicas o jugadores como el serbio Novak DJOCKOVICK, que siempre se muestran amables y con buen humor en cada una de sus presentaciones. En general, en la sociedad de hoy en día no existe la amabilidad. Cuando salimos a las calles nos encontramos con esta realidad. La gente es irrespetuosa, intolerante trata mal a los demás y solo piensa en sí mismo. No le importa “PISOTEAR” al otro con tal de llegar a su objetivo.
El pensamiento de hoy es “si eres amable, te dejas pasar por encima”, un pensamiento totalmente errado y que es todo lo contrario a lo que Dios planeó.
Cuando Jesús caminó nuestras calles siempre se mostró amable. Cuando lo insultaban y lo maldecían Él respondía con bendición, cuando lo desafiaban Él se mostraba amable, cuando le golpeaban Él respondía con el perdón. Ser amable bendiciendo cuando todos te maldicen, ayudar cuando todos se ríen de ti, seguir sirviendo a los demás a pesar de que seas objeto de burlas, sí es difícil, pero sigue siendo la premisa de Dios, aunque parezca alocado en nuestra sociedad violenta y malhumorada.
Cuando somos benignos con los otros reflejamos el carácter mismo de Dios. ¿Cómo queremos ser recordados?
¿Cómo una persona más del montón que se comporta de una manera desconsiderada o una persona amable y justa que trae buenos recuerdos?
Pensamiento del día:
Seamos ambles, sigamos Su ejemplo y marquemos la diferencia.