Una cura para la sordera utilizando células madre parece estar cada vez más cerca, ya que unos científicos británicos de la Universidad de Sheffield han logrado recrear en un laboratorio las células de las microscópicas vellosidades que recogen las ondas de sonido en el oído interno y las transmiten al cerebro humano.
Si un paciente ha perdido las células ciliadas, podrían ser sustituidas por estas y recuperar la audición. ( www.novaciencia.com) Parece una noticia muy interesante especialmente para aquellos que padecen sordera.
Quedar fuera del mundo de los sonidos, genera una limitación en la experiencia que debe ser sustituida por otros modos de percepción y comunicación. La ciencia hace posible lo que para muchos es imposible.
La sordera física tiene sus causas y sus posibilidades de restitución o no; pero la sordera espiritual también las tiene. Las cosas que escuchamos o dejamos de escuchar con nuestros oídos espirituales abrirán la percepción o la reducirán. Dios habla, busca comunicación constante.
Toda la creación está dispuesta a revelarnos su plan y su propósito, pero no siempre podemos oírlo. ¿Las causas? Por supuesto que son tan variadas como personas existen en este mundo, pero hay una que es universal: “El deseo del corazón” Si no tenemos el deseo de oír su voz, cerraremos los canales que Él abrió desde la eternidad para comunicarse con nosotros ¿Las consecuencias? También son innumerables; pero una abarca a todas: Quedar separados de Su Gracia.
El texto que hoy leemos es una invitación: Si alguno oye mi voz, entraré a él y cenaré con él y él conmigo. Toda la comunión y la relación están implícitas en estas palabras del Maestro.
Disponer los oídos de tu alma para oír Su voz, da comienzo a una vida de intimidad con tu Creador que puede convertir tus sorderas en sonidos eternos. Depende de tu deseo de abrir la puerta y dejarlo entrar. ¡Y eso No es cuestión de ciencia! Es cuestión de fe.
PENSAMIENTO DEL DÍA:
Dicen que no hay peor sordo que el que no quiere oír.