Gracias por compartir este delicado asunto en su vida. Siento mucho por todo lo que habrá significado el atravesar por esa crisis. Estoy seguro que Dios habrá hecho todo lo necesario para que pueda sanar las heridas de su corazón. Mi consejo es que examine su corazón y vea si hay algún indicio de falta de perdón tanto a su esposo por la traición, como a la mujer con quien le fue infiel. El perdón no es sinónimo de olvido. El perdón es un acto de la voluntad por el cual la persona ofendida se compromete delante de Dios a no buscar venganza contra la persona que ofendió, es decir, consiste es un compromiso ante Dios, por el cual no voy a tratar al ofensor de la misma manera que él me trató a mí. El perdón es el mejor favor que podemos hacernos a nosotros mismos cuando somos ofendidos de cualquier manera. La falta de perdón causa serios estragos en el ámbito espiritual, emocional y físico. Me imagino no querrá sufrir en estas áreas a causa de no perdonar.
Por otro lado, sabiendo que la persona con quien su esposo le traicionó en el pasado se ha estado acercando nuevamente a él, me gustaría aconsejarle que hable franca y abiertamente con su esposo, poniendo todas las cartas sobre la mesa. Diga a su esposo sin temor alguno lo que siente en su corazón cuando ve lo que esta mujer está haciendo. Si su esposo es maduro y sobre todo está controlado por el Espíritu Santo, deberá comprenderla y hacer todo lo que esté a su alcance para por amor evitar que se sienta incómoda.
No se trata de hacer una escena de celos, sino simplemente de hacer saber a su esposo que se siente mal por el acercamiento de esta mujer a su familia, no porque está celosa sino por lo que hubo entre ellos en el pasado. Su esposo debe guardar prudente distancia de todas las mujeres, pero en especial con aquella mujer con quien cayó en el pecado de adulterio. Por seguridad sería aconsejable que su esposo no tenga ningún trato en absoluto, ningún tipo de acercamiento con esta mujer. Además, me gustaría aconsejarle que ore mucho por esta mujer, para que halle salvación en Dios. Esto sería el comienzo de una serie de cambios en ella, y dentro de ello, que entienda que no es prudente que se acerque a alguien con quien tuvo una relación extra-matrimonial. Finalmente, me gustaría sugerirle que propicie una reunión con los pastores o ancianos de la iglesia donde se congrega, con la finalidad de buscar su guía acerca de este asunto. Confío en el Señor que estas ideas le sean de ayuda. Que Dios le bendiga.