El fruto del Espíritu Santo está íntimamente relacionado con el resultado de ser lleno del Espíritu Santo. Cuando somos llenos del Espíritu Santo podemos comprender y valorar por experiencia propia todos los ministerios del Espíritu Santo. Por ejemplo, aunque el creyente está sellado, regenerado, bautizado y el Espíritu Santo mora en él, ya sea que se dé cuenta de ello o no, sin embardo, tan pronto es lleno del Espíritu, comenzará a darse cuenta de dichas realidades y a disfrutar de los beneficios de las mismas. Dentro de esto podrá manifestar en su vida lo que la Biblia llama el fruto del Espíritu. En esencia, el fruto del Espíritu Santo es un carácter semejante al de Cristo. Gálatas 5:22-23 dice: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
En Gálatas 5 el fruto del Espíritu está inseparablemente ligado a ser lleno del Espíritu. En dicho capítulo, Pablo hace un contraste entre las obras de la carne y el fruto del Espíritu. Afirma que el modo de evitar los deseos de la carne es el de caminar dependiendo del Espíritu, lo cual es condición para ser lleno, según el versículo 16. Luego, Pablo describe gráficamente los deseos de la carne, en los versículos 19 y 20 y los contrasta con el fruto del Espíritu en los versículos 22-23. A menudo se ha señalado que dicho fruto, producto de ser lleno del Espíritu, es un cuadro perfecto del carácter de Cristo. Y así es. Por lo tanto, podemos decir que una de las consecuencias del hecho de ser lleno del Espíritu es la manifestación de las características que nos hacen semejantes a Cristo. Por lo que hace al pasaje en cuestión, esto comprende nueve aspectos. El primero es el amor, lo cual consiste en buscar la gloria de Dios en el objeto de nuestro amor. Puede haber actos que a primera vista parecen faltos de caridad, pero que en realidad constituyen una expresión de amor, si la meta es la gloria de Dios. Hay una relación esencial entre el amor y el conocimiento, por cuanto el amor más profundo se basa en el conocimiento más completo. El gozo se deriva principalmente de ver que otros cristianos progresan en el conocimiento de la verdad. 3 Juan 4 dice: No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.
La paz es esa tranquilidad que viene de saber que uno está en buenas relaciones con Dios. La paciencia, o longanimidad como se traduce en la versión moderna, consiste en evidenciar un carácter y un modo de obrar parejos, que jamás pretende desquitarse. La benignidad consiste en tener pensamientos positivos, mientras que la bondad consiste en realizar actos buenos. La fe, o fidelidad según la versión moderna, significa servir con regularidad y aprovechar todas las oportunidades con todas las facultades que Dios nos ha dado. La mansedumbre es la gentileza, la gallardía, y no tiene nada que ver con la debilidad. La templanza, o dominio propio según la versión popular, consiste en la disciplina de la vida total, incluyendo especialmente las áreas vinculadas a lo moral. En esto consiste el fruto del Espíritu, y esta semejanza a Cristo se manifiesta únicamente cuando creyente está lleno del Espíritu, cuando entrega completamente su vida al dominio del mismo.