La pregunta del día es de una persona que tiene como 10 horas libres para orar, se siente muy dispuesta a hacerlo, pero cuando comienza a orar, muy pronto se desanima y deja de hacerlo. Nos pide consejo para poder orar todo ese tiempo.
Gracias por su pregunta. 10 horas libres para dedicarlas a la oración, es algo que tal vez no muchos pueden darse el lujo de disponer. Agradezca a Dios por contar con este tiempo. Por lo que dice en su pregunta, su problema no es comenzar a orar sino mantenerse orando todo el tiempo que dispone. Permítame compartir algunos consejos. En primer lugar, comience poco a poco. No se lance a orar por diez horas seguidas de golpe. Comience orando por 15 minutos seguidos durante un tiempo prudencial.
Cuando ya haya adquirido el hábito, aumente el tiempo a 30 minutos. Cuando ya esté acostumbrado a orar 30 minutos, aumente el tiempo a una hora. Así sucesivamente hasta llegar a las diez horas que sería su meta. Por otro lado, busque un lugar libre de interrupciones. Sería aconsejable un lugar donde no haya personas que le distraigan, ni teléfonos fijos, ni teléfonos móviles, ni radios, ni televisores, ni computadoras o cosas por el estilo. Las distracciones son como poderosos enemigos de la oración. Además, procure que su tiempo de oración coincida cuando la mayoría del resto de personas está descansando. De esta manera, las probabilidades de ser interrumpido se reducen al mínimo. Esto es lo que hacía el Señor Jesucristo. Marcos 1:35 dice: Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.
También me gustaría aconsejarle que tenga a la mano, por escrito, los motivos por los cuales va a orar. Organice su lista de oración por asuntos, tales como su comunión con Dios, su vida personal, su familia, esposa e hijos, su trabajo, su ministerio en la iglesia, las personas que todavía no son salvas, los misioneros, su país, sus autoridades, y cualquier otro asunto más. Bajo cada asunto debe anotar los motivos específicos por los cuales quiere orar.
Esta herramienta le ayudará a concentrarse en lo que está orando. Sin una ayuda como esta, es posible que su oración sea muy vaga y superficial, como cuando oramos por los pobres de este mundo. ¿Cuáles pobres? De seguro que conocemos por nombre a muchos de ellos. ¿Por qué no citarlos por nombre cuando estamos orando? Oramos por la salvación de los perdidos. ¿Por quienes? Es un hecho que sabemos los nombres de muchos incrédulos conocidos. ¿Por qué no citarlos por nombre cuando estamos orando? Trate de ser lo más concreto en su oración.
Otra recomendación es que no ore sólo en una determinada posición corporal. Está bien orar de rodillas, pero no hay ningún problema si lo hace sentado o de pie o caminando, o postrado. Determinada posición corporal para orar no necesariamente da mayor peso a la oración. No es que por arrodillarse para orar su oración va a ser mejor recibida por el Señor. Por último, le recomiendo matizar su tiempo de oración con lectura y meditación de la Palabra de Dios y con cánticos. No importa si no tiene buena voz para cantar, total, está sólo ante Dios y a él no le importa que las notas estén algo desafinadas. Mi oración es que con estas recomendaciones logre tener un significativo tiempo de oración y puede aprovechar de una buena manera ese generoso tiempo que dispone para orar.