Gracias por su pregunta. La palabra infierno aparece exclusivamente en el Nuevo Testamento y es la traducción de la palabra griega “geenna” que es el equivalente griego de la palabra Hebrea para el valle de Hinom. El valle de Hinom era el lugar donde se arrojaba y se incineraba la basura de la ciudad de Jerusalén. En los tiempos del Nuevo Testamento. Este era un lugar fétido, sombrío y con permanentes hogueras humeantes producto de la quema de la basura. Por eso hacía un cuadro o un símbolo perfecto del lugar de tormento eterno conocido como el lago de fuego.
El infierno es el lugar donde van a parar las personas que voluntariamente rechazaron su oportunidad de recibir perdón de pecados por medio de recibir al Señor Jesucristo como su personal Salvador. El Señor Jesucristo alertó apasionadamente a sus oyentes acerca de lo terrible de ir a parar en el infierno. Note lo que dijo según Marcos 9:43-48. Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
Lo mismo tenemos en Mateo 5: 29-30. Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
Así que, infierno es la palabra que denota el lago de fuego. El Nuevo Testamento enseña que una vez que resuciten todos los incrédulos de todas las épocas de la humanidad, se van a presentar a un juicio ante el gran trono blanco, y allí oirán una fatídica sentencia.
Observe lo que dice Apocalipsis 20:11-14 en cuanto a este juicio y su sentencia. Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
El infierno, o en otras palabras, el lago de fuego es la morada eterna de todos los incrédulos, los cuales, con cuerpos resucitados sufrirán eterna condenación en fuego.