Conozco a un joven que ha conocido a Dios y de seguro podría ser un buen soldado de Jesucristo, pero tiene una inclinación a la homosexualidad que aparta su mente de Dios. ¿Hay alguna esperanza para este joven?.
Comenzare señalando que Dios ama al pecador pero odia el pecado. Así también debemos actuar los que somos hijos de Dios. Debemos amar al pecador y al mismo tiempo aborrecer el pecado.
Digo esto porque los homosexuales han sido tratados como poco menos que basura por una sociedad que hipócritamente pretende cubrir con un manto de piedad la vergüenza de su propio pecado.
Por eso los homosexuales son prácticamente proscritos de la sociedad. El homosexual, es un pecador mas como los miles de millones que existen en este mundo y por quien también murió Cristo. Dios ama al homosexual pero aborrece la homosexualidad.
Tanto aborrece Dios la homosexualidad que ha dicho en su palabra que los que practican este pecado no entraran al reino de los cielos. 1ª Corintios 6:9-10 dice: «¿No sabéis que los injustos no heredaran el reino de Dios?. No erréis; ni los fornicarios, ni los idolatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredaran el reino de Dios».
La homosexualidad es pecado y como todo pecado es rechazado por Dios. La primera cosa que debería reconocer un homosexual, si quiere ser restaurado por Dios es que Dios le ama a pesar de su pecado y que la homosexualidad es un pecado deliberado mas no una debilidad o una enfermedad o una inclinación natural.
Bíblicamente, la homosexualidad fue excluida de los planos de Dios para la humanidad cuando Dios creo una mujer para Adán mas no otro varón, dejando así plantado un principio con vigencia eterna. Este modelo de Dios fue diseñado tan pronto el hombre cayo en pecado y por esta razón, entre varias otras, Dios tuvo que borrar del mapa a casi toda la humanidad en el diluvio.
Posteriormente, la homosexualidad prolifero entre los descendientes de Noe, al punto que Dios tuvo que destruir varias ciudades con fuego para castigar el terrible mal. Sodoma y Gomorra son el testimonio humeante del rechazo de Dios a la homosexualidad.
¿Hay esperanza para un homosexual?. Si, por la gracia de Dios, porque Dios ama al homosexual aunque aborrece la homosexualidad. La única esperanza es Jesucristo. Solo Jesucristo puede liberar a un homosexual de las terribles garras de este pecado.
La palabra de Dios promete hacer una nueva criatura a todos aquellos que depositen su fe en Cristo. 2ª Corintios 5:17 dice: «De modo que si alguno esta en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas».
Estando en Cristo, el homosexual muere a su estilo de vida antigua y resucita a un estilo de vida caracterizado por la justicia. Estando en Cristo, el homosexual adquiere la capacidad para decir no, a la homosexualidad y decir si, a la vida de pureza en lo sexual. Se requiere de un poder sobrenatural para dejar de ser homosexual y Dios pone a disposición de todos los homosexuales este poder.
Si su amigo sinceramente desea vivir una vida de santidad en lo sexual, necesita estar en Cristo. Esto no es resultado de afiliarse a alguna religión, cualquiera que sea. Es el resultado de establecer una relación personal con Dios por medio de Jesucristo. Esto es equivalente a nacer de nuevo. Para nacer de nuevo su amigo necesita reconocer que es un pecador y que como tal esta separado de Dios. Romanos 3:23 dice: «por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios».
Además necesita reconocer que por ser pecador su amigo este bajo la condenación de Dios. Es Dios quien ha dicho lo que encontramos en Romanos 6:23: «Porque la paga del pecado es muerte».
También su amigo debe reconocer que Dios le ama tanto, que dio a su Hijo unigénito, el Señor Jesucristo para que muera en lugar de su amigo. La Biblia dice en Romanos 5:8 «Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros».
Finalmente su amigo necesita reconocer que para recibir los beneficios de la muerte de Cristo, lo único que necesita hacer su amigo es recibir a Cristo como su Salvador personal. Juan 1:12 dice: «Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios».
Si su amigo toma esta decisión importante, habrá dado el primer paso para su futura liberación de la homosexualidad.