¿Deben los creyentes usar ropa negra en señal de luto cuando muere otro creyente?
La costumbre de usar ropa negra en señal de duelo por la muerte de algún ser querido, se origina en la costumbre oriental de vestirse de «saco de cilicio» para expresar el profundo dolor que experimentan las personas ante varias tragedias en general.
Cuando Jacob se enteró de la supuesta muerte de José, según Génesis 37:34, dice que rasgó sus vestidos y puso cilicio sobres sus lomos y guardó luto por su hijo muchos días. El saco de cilicio es una expresión netamente hebraica pero ha encontrado cabida en muchas lenguas modernas.
El cilicio era una tela rústica y de un color muy oscuro, porque estaba hecha de pelo de camello o de cabra. Con esta tela se confeccionaban sacos o costales y desde luego la vestidura rústica que la gente llevaba como única vestimenta o como un abrigo sobre su vestido, para indicar que estaban atravesando por un profundo dolor. De aquí viene la ropa negra del duelo en nuestro tiempo. Varios de los profetas se vistieron así, como es el caso de Isaías. Cuando pasaba el tiempo de duelo, y venían tiempos de regocijo, los que llevaban puestos sacos de cilicio se los quitaban y volvían a usar su vestimenta normal.
En cuanto a si un creyente debe o no usar ropa negra en señal de duelo por la muerte de otro creyente, esto cae dentro de la libertad que todos los hijos de Dios tenemos para hacer o dejar de hacer ciertas cosas.
El Nuevo Testamento no ordena, ni condena el usar ropa negra en señal de luto. Sin embargo, para aquellos creyentes que han decidido usar ropa negra en señal de luto por la muerte de un ser querido, es necesario recalcar que si bien la muerte de otro creyente produce dolor, ese dolor es mitigado no por vestirse de negro, sino por saber que aquel que ha partido de este mundo está gozando de bendición eterna junto al Padre en el cielo.
Recordemos que la muerte no es el fin de un creyente, sino solamente el callejón que tiene que pasar para entrar en el cielo. Este pensamiento me ha sido de gran ayuda para hallar consuelo cuando ha fallecido algún ser querido mío. Es comprensible el reaccionar emocionalmente por la partida de un ser querido quien es creyente, pero cuando esta reacción emocional se torna en algo descontrolado y prolongado es señal que la persona que así reacciona no entiende muy bien lo que la muerte significa para el creyente.
Dicho en otras palabras, un creyente que está convencido que debe usar ropa negra en señal de duelo, pero que mantiene por un tiempo excesivamente prolongado esta costumbre, lo único que está afirmando es que Dios todavía no lo ha consolado porque el creyente por sí mismo se resiste a buscar el consuelo que Dios ofrece a cualquiera de sus hijos que está afligido.
Note lo que dice 2 Corintios 1:3-4 «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.»
Así que, el creyente tiene libertad para usar ropa negra en señal de duelo por la muerte de otro creyente, pero cuidemos de no comunicar la idea que la muerte para el creyente es el final de todo.
En los momentos de gran dolor es cuando los creyentes debemos establecer una diferencia bien marcada con los incrédulos, no reaccionando con desesperación como si la muerte fuera el fin de todo, sino actuando con sobriedad, sabiendo que vamos a volver a ver al ser querido que ha partido y sobre todo sabiendo que hay un Dios que está en control de todo y que ese Dios está listo para darnos el consuelo que necesitamos en esos momentos de dolor.