Ya te conoces esta historia. Quizás uno de los momentos más difíciles que tuvo que enfrentar un hombre en la vida, pero por algo Abraham se ganó el título de: “El padre de la fe”.
He escuchado muchos estudios sobre este pasaje y Dios me llevó a reflexionar de muchas otras más estos versículos; pero hoy quiero llevarte a pensar en ¿qué tan dispuestos estamos a levantarnos y hacer lo que Dios nos pide?.
La fe de Abraham me hace pensar en que él tenía la suficiente confianza en que Dios se iba a encargar de todo. ¿Cómo? En realidad no era asunto de Abraham sino de Dios; pero él podía confiar en Dios.
El Señor ya lo había llevado por un largo camino de experiencias increíbles de demostración de su poder y gloria, así que esto no era extraño para él. Pero ahora la fe le llevaba a arriesgarse a perder lo más valioso para Abraham, no estaba en duda el poder de Dios sino la capacidad de desprenderse de Abraham.
Te hago otra pregunta: ¿estás dispuesto a dejar eso que amas y levantarte he irte a donde Dios te dice?. Sólo para que lo tengas en cuenta: “Dios no te dice que vayas a un lugar si Él no tiene todo listo para mostrarte su gloria allí.”
Tómate un café con Dios y reflexiona en lo que debes hacer y a donde debes ir.