La comunión con Dios se da por medio de su Hijo Jesús, su obra en la cruz, la limpieza de nuestros pecados y nuestra relación restaurada con el Padre sólo fueron posibles por Él. Ahora esta comunión se manifiesta de esta forma: Deleite en Dios, confianza y seguridad de poder mirar al cielo, certeza de que escucha mis oraciones y capacidad de ofrecer alabanza y ser aceptado por Él.
Un hombre que no ha pasado por el proceso de limpieza que ofrece Dios por la sangre de su Hijo jamás podrá experimentar tal forma de vida. Aunque tratemos de tener una vida piadosa y altruista la verdad es que nuestra conciencia siempre nos mostrará que hay algo que no anda bien, como esos foquitos en el panel de tu vehículo; a tu vida le falta arreglar algo: el problema con el pecado. Pero si Dios ya te otorgó su perdón podrás disfrutar de la comunión espléndida con el Padre, sabrás que siempre estará a tu lado y podrás alabarle. Conversa con Dios, tómate un café con Él y alábalo.
¿Es Dios tu deleite?
¿Son escuchadas tus oraciones?
¿Jesús ya limpió tu corazón?