Noé no sabía nada de astilleros, y tuvo que construir un transatlántico. La joven generación de huérfanos en el desierto de Sinaí bajo el mando de Josué nunca había visto un charco de agua, y tuvo que atravesar el mar a pie con sus aguas por muro a derecha y a izquierda.

Y nada de disfrutar el paseo. Pedro había andado por el mar de Galilea cientos de veces atravesando olas dentro de su bote. ¡Pero nunca fuera de él, caminando sobre el agua!!!

Estos son solo algunos ejemplos de tantos que me muestran que Dios te llevará cada tanto a lugares donde no haces pie, donde no tienes experiencia, donde te encuentras en desventaja y debilidad, porque solo bajo esas circunstancias corremos a Él. De lo contrario nos olvidamos. Seamos honestos.

Creo que existen dos clases de personas en el mundo, aquellos que ven cada adversidad de sus vidas como obstáculos puestos por Dios y problemas, y aquellos que aprendieron a ver los mismos problemas como llamadas de Dios a refugiarse en Él.

Pregunta: ¿Qué es lo primero que haces cuando estás en aprietos? ¿A dónde acudes? ¿Qué es lo primero que viene a tu mente? ¿Llamas a una persona o a Dios? ¿Elaboras un plan o te refugias en sus promesas? ¿Buscas un tutorial en la Internet o abres tu Biblia? ¿Te pones a llorar o te pones a orar?… Porque de alguna manera la actitud o resolución que escojas en momento de crisis es indicador de tus prioridades.

Solo en la debilidad buscamos fortaleza. Solo en el desamparo, amparo. Solo cuando nos encontramos vulnerables nos vemos tal cual somos, y solo cuando nos despojan de nuestro “manto” vamos a la fuente del calor. Mayormente la Palabra de Dios te va a incomodar. Te parecerá irrazonable, ilógica e inesperada. Tal vez, lo que a primera vista aparente ser un fantasma, sea el mismo Jesús que te llama a las aguas para moldear tu fe.

Pensamiento del día:

La actitud o resolución que escojas en momento de crisis es indicador de tus prioridades.