Los días de lluvia tienen un atractivo particular. Algunos los prefieren, otros los hallamos algo molestos para el desarrollo de nuestros planes.

Si estás buscando dónde vivir o en qué zona podrás construir tu vivienda, lo mejor es reconocer dicha zona un día de lluvia. Allí comprobarás lo bajo de un terreno o lo inundable que puede llegar a ser. Si se trata de una construcción surgirán indefectiblemente, las evidencias de goteras en el techo y otras filtraciones imposibles de visibilizar en días espléndidos de sol.

Lo que intento decir es que las tormentas ponen de manifiesto aspectos que no lo hacen los días de buen clima. Las imperfecciones por donde el agua filtra, las famosas ¨grietas¨, quedan demostradas solamente ante las inclemencias del tiempo. De alguna manera puedes intentar solucionar el deterioro que provocan, ubicando un recipiente debajo de la gotera ¿No es así? Sin embargo, eso no reparará la imperfección del techo. Y en el próximo aguacero, te enfrentarás una vez más con el problema.

Podemos de manera análoga, hacer comparación con lo que ocurre en nuestras vidas. Cuando las cosas marchan bien y nos “Sonríe el Sol” no tenemos en cuenta ciertas áreas débiles que provocarán malestar cuando las tormentas nos sorprendan. Dejamos de revisar las “Grietas” de nuestras emociones, pensamientos y de nuestra alma hasta que nos damos cuenta que se avecinan tribulaciones o conflictos.

Nos sorprenden las pruebas de la vida. Al igual que la lluvia, filtran a través nuestro: dudas, enojos, desesperanza, reproches, culpas, inestabilidad y tristeza. Son esas zonas débiles o inmaduras de nuestro crecimiento personal que adormecemos o acomodamos; pero no solucionamos de raíz. ¡Por eso las tormentas! Todo lo que nos sucede es una oportunidad puesta por Dios para que solucionemos lo que en nuestra historia provocó roturas. Jesús tiene poder y Gracia para renovar y darte poder en medio de la debilidad.

Un poder que no niega la humanidad, sino que provee lo necesario para madurar. ¿Has puesto tu confianza en Jesús? Acepta las dificultades como oportunidades para reparar zonas de riesgo. Prepárate en este año para enfrentar tormentas confiando aún más en Él.

Pensamiento delo día:

Las tormentas hacen que los árboles echen raíces más profundas