Muchos son los chistes y bromas escritos para los matrimonios, como por ejemplo el que dice que:” Pasan cosas raras en un matrimonio. Al principio ambos hablan y se escuchan. Pasado un tiempo, uno habla y el otro escucha.

Avanzados los años, los dos hablan y escuchan los vecinos”. Si bien, es solamente un chiste, lo cierto y lo que ocurre en la vida cotidiana es que no siempre los momentos de comunicación en tu matrimonio son los mejores ¿No es así? La comunicación es la red neurálgica de la vida matrimonial.

Todas las conexiones, emocionales, físicas y espirituales entre tú y tu cónyuge, parten de los modos de comunicación que sostienen a lo largo del tiempo juntos. El amor es comunicación. Una relación será tan buena como clara y asertiva sea la manera de expresar y conectarse uno con el otro.

La comunicación es un encuentro. Permite encontrarnos con un otro en términos de significados, de necesidades, de emociones y de intercambios. El diagnóstico de tu pareja, está determinado por los indicadores que la comunicación entre ambos manifiesta. También, la comunicación es apertura.

Un estilo que convoca a hablar y a escuchar con apertura, genera un espacio donde surgen posibilidades. Donde se abre en vez de cerrar. Donde se pueden plantear todas las situaciones sin necesidad de obturar nada. La comunicación invita al diálogo.

El diálogo da lugar al conflicto. Convalida, reafirma y confirma más allá de las diferencias.

Muchas cosas podríamos escribir acerca de este tema. Pero te invito en este día a corregir lo que creas necesario para fortalecer tu modo de comunicarte con tu pareja.

Toma autoridad con tu palabra, con tu criterio ante las cosas y no temas decir lo que piensas ni lo que sientes. Pero revisa también tu nivel de escuchar. Dale lugar al otro confirmándolo y afirmándolo para que la confianza abra cada día más las vías del diálogo entre ambos.

PARA PENSAR :

El amor es una palabra, un pedacito de utopía. Mario Benedetti.