Esta es la historia de una mujer, la compañera de Job. No se sabe su nombre. Se la conoce como la insensata, fatua y quejosa esposa incomprensiva hacia el dolor de su marido.

Los dos primeros capítulos parecen una película de terror. Pero son sintéticos, con pocos detalles. Luego se escribieron 40 más para dar sentido y propósito a tanto dolor y tanta pérdida. Pero en medio de estos pocos detalles, aparece el breve diálogo de esta mujer con su marido.

Ahora bien, debemos ser sabios en entender sus palabras y tomarnos un tiempo antes de emitir cualquier juicio de valor. Había pasado, de un día a otro, a perderlo todo. Su unida familia, su posición económica y social y su casa.

Pero más que todo esto, ella había perdido de repente a TODOS sus hijos e hijas. ¿Entiendes lo que esto habrá significado para ella? De tener todo a tener nada. Aparte, su marido también estaba enfermo, triste y confundido. Supongo que el diálogo entre ellos habrá sido mucho más intenso, largo, lleno de lágrimas y preguntas.

En medio de tanto duelo, recibe una respuesta que la deja rotulada históricamente. Sin embargo, lo que ella plantea, es ponerle fin a tanto dolor. El dolor de una madre ahora sin hijos y de una esposa que recibe la lógica respuesta de un marido tan atravesado por el dolor como ella.

¿Qué dolor te aqueja? ¿Qué duelo estás transitando? Seguramente querrás que eso acabe. Hay circunstancias de la vida que se hacen insoportables. Que perduran más allá de lo esperado. Pérdidas que aparecen como irreparables. Y quizá, en medio de tus quejas y tu dolor, nadie te entienda y seas incomprendido. Sientes que no das más y sólo tienes preguntas y dolor. También Dios y tu fe entran en conflicto con lo que siempre habías creído. ¿No es así?

Puedes encontrar sentido en Dios siempre. Espera, descansa, confía. Dios recibe tu dolor y tu queja. Luego, también veras lo que aún no ves.

Pensamiento :

¿Tú tienes tu queja?… Dios tiene Su Gracia