“La persona que un niño llega a ser es el producto de dos cosas, la primera es su experiencia de la vida y la segunda es cómo él reacciona a esa experiencia”. (Tedd Tripp)

Los años de desarrollo de un niño son fundamentales para forjar el tipo de sujeto que será en la vida adulta. Dios nos dio el privilegio de ser partícipes de la vida de muchos de ellos. Ser una influencia positiva es el desafío. Tus valores personales, tu enfoque de la vida, las ideologías, las costumbres, lo que opinas y lo que crees son la materia prima de este desarrollo. Si tuviésemos que resumirlo en una palabra creo que “Ejemplo” sería la que contempla a todas las anteriores. He visto a muchos adultos quejarse por los problemas que sus hijos causan con su conducta. Niños con alto nivel de agresividad.

Niños desobedientes a cualquier tipo de autoridad. Niños fabuladores y mentirosos. Estas y otras cuestiones son constantes motivos de consulta y preocupación. Al bucear un poco en lo que existe por debajo de estas conductas hay, entre otras cosas, adultos que no han podido sostener coherencia entre lo que dicen y lo que hacen.

Entre el ejemplo que muestran y lo que realmente son en la vida íntima. En esa incongruencia, los niños pierden la posibilidad de crecer con influencias positivas para su desarrollo. Más allá de este factor, que es importante pero no determinante, está también el corazón del niño. Su respuesta ante lo que recibe. El proceso interno de su propio corazón. Todo esto sucede en un contexto socio-histórico que genera un encuadre del cual ni el niño ni los adultos quedan exentos.

Concluimos pensando que este hermoso privilegio del que hablábamos al principio, está cargado de responsabilidades. La mayor de todas es la de presentarle a Jesús como el Camino, la Verdad y la Vida. Si un niño conoce y ama a Dios en medio de relaciones familiares que correspondan con lo mismo, entonces la respuesta será más constructiva que en los casos donde esto no suceda ¿Qué tipo de influencia eres?

Pensamiento del día:

Recuerda que para estar mañana en la mente de un niño, debes estar hoy en su corazón.