Dios creó al ser humano con la capacidad de soñar. Característica única de esta especie. Las plantas no tienen sueños, los animales no se ponen metas para el próximo año. Buscan la manera de sobrevivir instintivamente, obvio, pero no sueñan con ideas de mejorar. Nosotros sí. Porque fuimos creados a imagen de Dios, con vidas con propósito fijados en un Dios que también planifica y se pone metas y tiene grandes sueños para sus criaturas. Somos seres creados, no productos de la evolución. Los sueños no evolucionan ni mutan genéticamente de animales privados de esta facultad.

Son implantados por la mano creadora de un Dios que es grande, las cosas que emprende son grandes, y quiere que sus criaturas piensen en grande. No desestima los detalles pequeños, también Él es un Dios de detalles, pero muchas veces mezquinamos nuestros sueños, acortamos nuestras posibilidades de logros por nuestra falta de visión. Es bueno tener sueños grandes. Tan grandes que no los pierdas de vista mientras se van cumpliendo o esperas que se cumplan.

Nuestras expectativas de vida muchas veces se desvanecen en la utopía simplemente porque depositamos esas expectativas o en mis propias fuerzas, capacidades o medios, o en los sueños mismos, pero nunca en el Dios de esos sueños.

Jesús dijo Lucas 17:6: “Si ustedes tuvieran una fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a este árbol: ‘Desarráigate y plántate en el mar’, y les obedecería” ¿Ves? Piensa en grande. Dios es un Dios grande y ha obrado grandemente desde siempre. No hay motivo para vivir en la mediocridad cuando conoces la grandeza del amor de Dios. Si estás perdiendo de vista tus sueños a diario, quizás sea porque son tan pequeños que ni bien se alejan un poco ya no los ves más y sientes que se esfumaron. Pero están ahí, no los has perdido, solo necesitas la ayuda de Dios para volver a encontrarlos.

Pensamiento del día:

Es bueno tener sueños grandes. Tan grandes que no los pierdas de vista mientras se van cumpliendo o esperas que se cumplan.